El 02 de julio de 1899, hace 123 años, Venezuela fue consagrada al Santísimo Sacramento del altar, una iniciativa promovida por Mons. Juan Bautista Castro.
Desde el comienzo de la evangelización de las tierras Venezolanas, la enseñanza sobre Jesús presente en la hostia consagrada, fue fundamental, de modo que la adoración al Santísimo Sacramento y el reconocimiento del valor que tiene la Sagrada Comunión, siempre ha formado parte importante de la fe de los cristianos católicos en el país; no solo desde la Tradición de la Iglesia, sino también a través de costumbres y el folclor popular, con expresiones de fe tales como los Diablos danzantes.
La devoción a Jesús Sacramentado fue incrementando, especialmente con la instauración de la adoración perpetua en la iglesia de Las Mercedes, en Caracas, en el año 1882. El entonces Pbro. Juan Bautista Castro, Capellán de Santa Capilla y quien más tarde sería Arzobispo de Caracas y fundador de la Congregación Siervas del Santísimo Sacramento, propone en aquél momento de auge del recto culto al Santísimo Sacramento, la consagración de Venezuela a Jesús Eucaristía. La petición realizada al Episcopado Venezolano fue recibida de manera unánime.
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El 2 de julio de 1899, Mons. Críspulo Uzcátegui es quien hace lectura del Acto de Consagración:
«Recíbenos, salvador nuestro, y concédenos que venga a nosotros tu reino eucarístico. Levanta bien alto tu trono en nuestra República, a fin de que en ella te veas glorificado por singular manera y sea honra nuestra, de distinción inapreciable, el llamarnos la República del Santísimo Sacramento. Te entregamos cuanto somos y cuanto tenemos cubre nuestra ofrenda con tú mirada paternal y hazla aceptable y valiosa en tú divina presencia», señala parte del documento.
Esta consagración hizo florecer la Iglesia en Venezuela, en torno al centro que es y debe ser Jesús Eucaristía; dio pie al I Congreso Eucarístico Nacional en 1907 y fue motivo de la expansión y el fortalecimiento de la fe, con lo cual se crearon nuevas diócesis, seminarios, instituciones educativas y congregaciones. Esta devoción al Santísimo Sacramento, calaría profundamente en las vidas de insignes venezolanos que transitan hoy el camino hacia los altares y quienes destacan por su profundo amor a la Eucaristía, tales como las Beatas María de San José, Candelaria de San José, Carmen Rendiles y el Beato José Gregorio Hernández.
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