La Conferencia Episcopal de Costa Rica publicó este Miércoles de Ceniza, con el que se inicia la Cuaresma, un mensaje para vivir plenamente este tiempo litúrgico de conversión para todos los católicos.
1.- Pasar de las palabras a los hechos
Los obispos explicaron que al comenzar la Cuaresma “se nos presenta la oportunidad de mostrar nuestro amor cristiano, para pasar de las palabras a los hechos y de encarnar lo que el Evangelio nos manda a hacer con el hermano que está en necesidad”.
Precisamente, “ese es el llamado que este año nos hace el Papa Francisco en su mensaje para este tiempo de gracia que vive la Iglesia”.
Los obispos recordaron que son muchos los hermanos sumidos en la pobreza o que están abandonados o “que dejan sus tierras para buscar un mejor horizonte sin poder encontrarlo; también hay hermanos a los que no se les permite nacer”.
“Todos ellos claman la ayuda de alguien que les consuele o que simplemente los acompañe”, afirmaron.
También destacaron la necesidad de acompañar a quienes han sido afectados por la pandemia del COVID-19.
2.- Renovar el corazón
“Cuaresma es un llamado a que renovemos nuestro corazón y podamos construir caminos de solidaridad”, afirmaron los prelados costarricenses.
“En todo tiempo, pero más ahora, estamos llamados a hacer el bien, y esta exhortación la dirigimos a todas las personas, católicos y creyentes, especialmente; pero a todos debe llegar este clamor, pues somos parte de una sociedad en la que ahora más que nunca necesitamos unos de otros”.
Los obispos resaltaron que para los creyentes “este llamado a hacer el bien surge del encuentro con una persona, Jesucristo, quien nos marca el camino; imitando sus sentimientos se nos llama a la unidad, a tener un mismo corazón y a buscar el bien de los demás”.
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3.- Despojarse del hombre viejo
“La Cuaresma también está marcada por el itinerario que nos lleva a vivir el centro de nuestra fe: la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo”.
En este tiempo litúrgico, prosiguieron, “nos preparamos, por tanto, durante cuarenta días con una serie de prácticas que nos permiten despojarnos del hombre viejo, para renovarnos en el espíritu y revestirnos de un hombre nuevo creados a imagen de Dios en la justicia y santidad”.
“Invitados a la oración, al ayuno y al desprendimiento generoso, se crea el ambiente ideal para hacer el bien. Dios que ve en lo escondido sabrá recompensar nuestras buenas acciones”, señalan.
4.- Escuchar la voz de Dios y ayunar
Los prelados de Costa Rica indicaron que “lejos del bullicio, que muchas veces tenemos en la sociedad, dedicar un momento a la oración nos permite escuchar la voz de Dios”.
“Los creyentes no podemos hacer oídos sordos al Señor que nos llama a practicar obras de misericordia, ni podemos poner oídos sordos a muchos de nuestros hermanos que claman por apoyo”.
Los prelados destacaron que “al practicar el ayuno nos daremos cuenta que podemos fortalecer nuestro espíritu, que no dependemos solo de lo material, sino que somos personas que estamos llamadas a la vida eterna”.
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5.- Ser generosos buscando el bienestar de todos
Los obispos de Costa Rica subrayaron que “al desprendernos de algo que poseemos para darlo a los demás, sabremos que la verdadera felicidad está en entregarnos por completo, nos pondremos en el camino de la solidaridad que nos ayudará a construir una sociedad mejor, más fraterna y más justa”.
“Con disposición de corazón preparemos este tiempo para vivirlo con la confianza puesta en aquel que en su misterio pascual se entrega a la muerte y muerte de cruz para darnos la salvación. Solo en Jesús nuestra humanidad tiene esperanza”.
Los obispos expresaron su esperanza en que “la Cuaresma nos una cada vez más como país alrededor de un solo pensamiento: el bienestar de todos y no el de unos cuantos; que, haciendo el bien, produzcamos frutos de alegría y amor, de igualdad y fraternidad, de bien común y justicia social, de paz y solidaridad auténticas”.