La alegría que ha experimentado la Diócesis de San Cristóbal desde la celebración del centenario, ha prevalecido con la realización del Tercer Sínodo en el año 2023, continúa en 2024 con los 100 años del Diario Católico y avanza hacia el primer siglo del Seminario en 2025. Por ello, la celebración de los 99 años de la institución que configura pastores para la Iglesia, es ocasión para agradecer y visualizar los retos que impone su misión en la realidad actual.
Quienes hacen vida en el Seminario: autoridades, formadores, seminaristas, trabajadores, así como los sacerdotes que se formaron en él y lo consideran la cuna de la Diócesis de San Cristóbal, coinciden en manifestar que es su casa, su hogar, y comparten la voluntad de mantener la comunión con la Diócesis para honrar su papel en la misión evangelizadora.
Don de Dios
El presbítero Reinaldo Balza, rector del Seminario Diocesano manifestó que, considerar la experiencia del seminario y ver cómo se mantiene la obra, lleva a valorarlo como un don de Dios para la Iglesia del Táchira, que luego los sacerdotes ofrendan al padre a través del servicio.
“El seminario es instrumento, tiempo y espacio para los futuros presbíteros, pero a la vez los impulsa a ser un don, un servicio. Nosotros buscamos vocaciones, no seminaristas. Nuestra misión con la formación, el discernimiento, el acompañamiento es configurar pastores al estilo del corazón de Dios, los sacerdotes que van a llevar el mensaje del Creador”.
Y continúa diciendo: “como Cristo es don de Dios para el mundo, así el seminario en sus sacerdotes, que son configurados a Cristo, sumo y eterno sacerdote, también son don para el mundo, sobre todo en este tiempo tan convulsionado”.
Le puede interesar: Inician labores para reparar rejillas de alcantarillas deterioradas en San Antonio
Señala que la labor del seminario abarca una realidad amplia, por la estructura que comprende la institución y las etapas que integran en el camino hacia el sacerdocio: seminario menor (bachillerato), propedéutico y seminario mayor (filosofía, teología, pastoral). Así, para lograr los objetivos la clave es hacer comunión en primer lugar con el Obispo y luego entre todos los que participan en él.
“La clave aquí es hacer comunión, con el Obispo y entre todos los que hacemos vida en el seminario: sacerdotes, profesores, trabajadores, estudiantes, seminaristas, padres y representantes”. El padre Balza hace mención especial a los benefactores del seminario, pues son los instrumentos de la Providencia Divina que permiten materializar la obra.
Gratitud
“Al acercarnos a la celebración centenaria, es bueno agradecer por lo que se ha logrado. Yo soy el rector número 20, y el observar todo lo que han hecho los anteriores, impulsa a seguir el camino” expresa el Padre Balza.
Para el presbítero Gabriel Aldana, vicario de la parroquia Nuestra Señora de Coromoto en San Cristóbal, el aniversario de su casa de formación significa una acción de gracias.
“Quienes vinimos muy jóvenes al seminario menor encontramos una familia que nos recibió, que nos enseñó a soñar en grande. Más que institución, es para nosotros una familia. Le debemos mucho a los profesores y siempre recordamos a aquellos que nos exigieron por amor, y por todo ello hay que agradecer”.
Lee también: El Papa: Sin los dos Estados la verdadera paz en Tierra Santa está aún lejos
El presbítero Aldana comenta que durante su formación tuvo la experiencia de trabajar dos años en la Fundación San Rafael, con la cual se trasladaban a la zona norte y la región de montaña para recoger las donaciones de verduras y mercado. Recuerda que muchas personas ayudaban y continúan haciéndolo al seminario, compartiendo con amor “para ellos nuestra gratitud, ellos también están de fiesta por el aniversario del seminario”.
Por su parte, el presbítero Leonidas Camargo, párroco de San Rafael Arcángel y Santa Teresa de Calcuta del municipio Cárdenas, expresa que el seminario es el Alma Mater, los ojos de la Diócesis, de cada una de las parroquias, y representa un gran aporte la vida sacerdotal.
“Mi experiencia como seminarista y después como administrador del seminario, me hace pensar que son días útiles. Agradecemos muchísimo a esta casa, a los padres formadores, a nuestros directores espirituales, desde el más humilde trabajador hasta la más alta autoridad, todo lo que han hecho por nosotros y lo que están haciendo en este momento por el Seminario”.
Retos
De cara a los desafíos que se imponen a la labor de formación de los sacerdotes, quienes comparten las responsabilidades en la institución, convergen en mencionar la necesidad de mantener y fortalecer la pastoral vocacional como elemento primordial.
“La pastoral vocacional, eso es algo medular. Si analizamos la realidad de la Iglesia en el mundo, vemos la disminución de miembros de comunidades religiosas masculinas y femeninas, de presbíteros, esto obedece a que la pastoral vocacional se ha descuidado. Si no hay pastoral no hay nada de esto”, expresa el Padre Balza.
Añade que ésta se debe adecuar a los tiempos y menciona como recurso importante el uso de las redes sociales con la producción de contenido vocacional: “Hacer esto manteniendo los principios y valores de la Iglesia, cuidando la esencia de la fe, es imprescindible”.
También es importante fortalecer la vida diocesana, pues “debe haber una profunda unión y trabajo conjunto entre el seminario y la Diócesis. Es la sinodalidad de la que habla el Papa Francisco”.
El presbítero Edwin Contreras, formador del Seminario Mayor, menciona también el compromiso de revisar el proyecto de formación, buscando el perfil de un sacerdote de esta época. “Tenemos que ser fieles a la Tradición de la Iglesia, pero es necesario renovar los procesos formativos y en esta renovación los sacerdotes tienen que estar abiertos al diálogo con las realidades del mundo. Seguir siendo fieles a Cristo y a la Palabra, pero obrar con la realidad de este tiempo”, concluyó.
Ana Leticia Zambrano