Estos eventos ocurren en una semana repleta de protestas en exigencia de servicios públicos como el gas, la gasolina, la electricidad y el agua potable; y 24 horas después de que se registraran enfrentamientos entre manifestantes y cuerpos de seguridad del Estado en Yaracuy
Las protestas por la normalización de los servicios públicos continuaron en Venezuela este domingo 27 de septiembre, principalmente en exigencia del abastecimiento de gasolina en varias entidades del interior del país.
La población venezolana afronta un pronunciado desabastecimiento de combustible desde el inicio de la cuarentena, que ha ocasionado el cierre de estaciones de servicio y colas enormes en las pocas bombas abiertas para que los conductores puedan surtir sus tanques.
Ante esta situación, las protestas empiezan a tomar fuerza en estados como Nueva Esparta. Los vecinos del municipio Maneiro trancaron las calles para alzar su voz contra la distribución de combustible, insuficiente para suplir la demanda de la población.
Las manifestaciones por falta de gasolina se produjeron la avenida Jóvito Villalba, a la altura del Sambil y se extendieron hacia la avenida Luisa Cáceres de Arismendi, según reportó el periodista Bertilio Pérez en su cuenta de Twitter.
Hechos similares acontecieron en Anzoátegui. Motorizados no pudieron surtirse de gasolina tras esperar durante horas, por lo que decidieron tomar las calles en el Tejar, Carretera Nacional Troncal 9.
Los funcionarios de la Guardia Nacional (GN) intentan controlar la situación, pero no ofrecen soluciones ni respuestas claras a los ciudadanos que permanecen a la espera para llenar sus tanques.
En Guárico se replica la situación. Protestas iniciaron en Santa María de Ipire por la escasez de gasolina, después de que las autoridades informaran que no surtirían debido a que se acabó el combustible en una bomba de la localidad.
Según el reporte de Bertilio Pérez, la alcaldesa de Santa María de Ipire, Palmira Carmona, acudió al lugar para tratar de calmar a los manifestantes y fue recibida con piedras. Se vio obligada a esconderse en un local cercano y los protestantes intentaron forzar la entrada antes de ser dispersados.
Otro reporte surgió desde Maiquetía, en Vargas. Personas que se mantenían en cola desde hasta tres días a la espera de que llegara combustible a la estación de servicio, mientras que los funcionarios que resguardan la bomba de gasolina no ofrecían respuesta alguna.
Desde Bolívar se registró otra manifestación. Motorizados de El Palmar que esperaban surtir sus tanques decidieron cerrar la vía para impedir el tránsito de camiones que regresaban de las minas con material aurífero.
Estos eventos ocurren en una semana repleta de protestas en exigencia de servicios públicos, y 24 horas después de que se registraran enfrentamientos entre manifestantes y cuerpos de seguridad del Estado en Yaracuy, que alcanzaba cinco días consecutivos de protestas.