Video mensaje del Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado Vaticano, a los participantes en la Conferencia Internacional, titulada «Los hitos de la ecología integral para una economía humana», evento organizado por la Fundación Centesimus Annus pro Pontifice.
Ciudad del Vaticano
“Tener como punto central la centralidad de la persona humana y la promoción de la cultura del cuidado. Para nutrirse de la educación en ecología integral, esto será una importante contribución al cambio de rumbo tan necesario para nuestra humanidad”, lo dijo el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado Vaticano, en el video mensaje que envió a los participantes en la Conferencia Internacional, titulada «Los hitos de la ecología integral para una economía humana», evento organizado por la Fundación Centesimus Annus pro Pontifice.
Reestablecer el curso de nuestra barca
En sus saludos, el Secretario de Estado Vaticano recordó la Conferencia anterior organizado por esta Fundación en el mes de junio de 2019, centrado en la Encíclica Laudato si’ y el difícil camino hacia una ecología integral. Asimismo, el Cardenal Parolin señaló que la actual crisis sanitaria del Covid-19 ha cambiado nuestro mundo y ha puesto de “manifiesto nuestras falsas certezas” y nuestra fragilidad como criaturas finitas. En esta perspectiva, el Cardenal citó las palabras pronunciadas por el Papa Francisco durante el momento extraordinario de oración en tiempo de pandemia, celebrado en la Plaza de San Pedro el 27 de marzo de 2020. “Este es el desafío que enfrentamos: tomar la oportunidad de este tiempo de prueba como un momento de elección para reestablecer el curso de nuestro barco hacia el Señor y hacia los demás, colaborando, construyendo, comprometiéndonos juntos, redescubriendo nuestra pertenencia común como hermanos y hermanas”.
Ecología integral, una nueva visión del mundo
El Cardenal Pietro Parolin en su mensaje, se detuvo en dos aspectos importantes del tema elegido para esta Conferencia Internacional: «ecología integral» y «economía humana». Conceptos de los cuales destacó tres aspectos que están fuertemente interrelacionados.
«Ecología integral». A través de la propuesta de una ecología integral, afirmó el Purpurado, el Papa pretende indicar una nueva visión del mundo, anclada en el mismo significado etimológico de la palabra «ecología». Deriva de las palabras griegas «oικος» y «λογος», estudio, reflexión sobre el hogar, sobre nuestra casa común, que debe considerarse en un sentido integral: esta reflexión, de hecho, va más allá de la dimensión ambiental solamente y requiere una «visión integral de la vida para construir políticas, indicadores, procesos de investigación e inversión, criterios de evaluación, evitando cualquier concepción engañosa de desarrollo o crecimiento». En esta perspectiva, la ecología integral representa un concepto complejo y multidimensional, que se despliega a largo plazo; es muy eficaz retomar aquí la imagen que a menudo utiliza el Papa Francisco del «poliedro que tiene muchas caras, muchos lados, pero todos forman una unidad rica en matices, porque «el todo es superior a la parte».
El poliedro de la ecología integral
El primer aspecto que destacó el Secretario de Estado Vaticano fue: la ecología integral debe entenderse como un poliedro a través del cual adoptar una nueva visión del mundo y analizar las diferentes cuestiones que cuestionan a la humanidad. El segundo aspecto que destacó el Purpurado, es el hecho de que esta nueva visión multifacética de la ecología integral se desarrolla específicamente en torno a un punto central, el de la centralidad de la persona humana y la consiguiente necesidad de promover la cultura del cuidado, que es la antítesis de la cultura del descarte. Por lo tanto, el tercer aspecto sobre el que se detuvo el Purpurado fue en la necesidad de la educación en una ecología integral, que representa un gran desafío cultural, espiritual y educativo, entre otras cosas porque sólo puede implicar una verdadera conversión a un cambio de mentalidad y de visión.
Una economía humana para la existencia digna
Asimismo, el Secretario de Estado se detuvo a analizar tres aspectos del concepto de economía humana, partiendo de su etimología, que se acerca mucho a la de «ecología». Deriva de las palabras griegas «oικος» y «νομος»: leyes, reglas para el hogar. El primer aspecto en el que se detuvo el Purpurado sobre la economía humana fue: la ecología integral requiere una concepción económica más «humana», basada en los preceptos de «preservar y cultivar», en la que el sistema económico puede mejorar – no destruir – nuestro mundo. El segundo aspecto que abordó el Cardenal Parolin fue la importancia de que la economía humana desempeñe el papel fundamental del trabajo, un elemento esencial, como ya he dicho, para una existencia digna. Una economía humana debe estar orientada a promover un desarrollo que fomente la creatividad empresarial, de modo que los puestos de trabajo puedan aumentarse en lugar de reducirse. Un último aspecto de la economía humana que quisiera destacar, señaló el Purpurado, es el que, entrando en la lógica de la responsabilidad, la gratuidad y la justicia, pone en tela de juicio la solidaridad dentro de una generación y entre generaciones. Los diversos problemas mundiales a los que nos enfrentamos en el siglo XXI, de los que la pandemia de Covid-19 es sólo la última expresión clara, exigen una nueva ética y una nueva dinámica en las relaciones internacionales que puedan responder al hecho de que «la sociedad cada vez más globalizada nos hace cercanos, pero no nos hace hermanos».
Bien común universal y solidaridad intra e intergeneracional
A la luz de las consideraciones anteriores, una economía verdaderamente «humana» es aquella que puede adoptar una visión multifacética de la ecología integral. Tener como punto central la centralidad de la persona humana y la promoción de la cultura del cuidado. Para nutrirse de la educación en ecología integral. Guiarse por los preceptos de «guardar y cultivar». Estar comprometido con la mejora de la labor humana. Guiarse por una mirada cuidadosa a la promoción del bien común universal y la solidaridad intra e intergeneracional. En esta perspectiva, podrá hacer una importante contribución al cambio de rumbo tan necesario para nuestra humanidad y que se pone de manifiesto en fenómenos mundiales como la propagación de la pandemia Covid-19 y el calentamiento de la Tierra. Fenómenos que continuamente nos llaman a los sentimientos de pertenencia a la misma familia humana, como hermanos y hermanas, cada uno con su propio papel único y esencial dentro de esta misma familia.
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