“Uno de los mayores retos que enfrentamos los médicos es superar el desgaste, el debilitamiento mental y emocional”, así describe el doctor Edgar Piña, Médico Cirujano egresado de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), el proceso psicológico que han enfrentado los galenos durante de la COVID-19, no solo por el temor al contagio, sino por ver morir a los pacientes producto del virus de Wuhan o por falta de medicamentos. “Cómo sanitarios, uno de los mayores retos que enfrentamos es superar el desgaste o debilitamiento emocional que nos acompaña a diario reflejado en el temor constante y acentuado al contagio. La preocupación personal de padecer una enfermedad nueva a la cual aún no se le precisa un tratamiento específico, sumada a las altas tasas de mortalidad y de la probabilidad de desarrollar desconocidas secuelas nos pone en alerta a todos los médicos, personal hospitalario y hasta los mismo pacientes”
Piña indicó que las estadísticas de contagios y de mortalidad del personal sanitario infectado por coronavirus sigue aumentando en el país y señaló que actualmente el personal sanitario trabaja bajo condiciones que no son las adecuadas.
“En la situación actual del personal que se encuentra en primera línea en la lucha contra la pandemia, exponiendo considerablemente nuestras vidas en el manejo, control y atención de la enfermedad, la mayoría de las veces trabajando en jornadas extendidas y bajo condiciones que no son las ideales y que potencialmente nos exponen al contagio porque no hay insumos médicos ni de equipos bioseguridad”, destacó.
Sin protección
Marcel Pérez, médico especialista en traumatología y ortopedia, señaló a esta casa editorial que los principales centro asistenciales del estado Lara presentan un alto porcentaje de deterioro en sus instalaciones y carecen de personal de salud.
“Hoy existe una gran ausencia de enfermeras. Los médicos en muchas ocasiones no pueden con la cantidad de pacientes porque la gran mayoría del personal de salud han decidido abandonar sus puestos de trabajos para buscar en otros países mejor ingreso económico y una mejor calidad de vida”, aseveró Pérez.
El traumatólogo señaló que los centros de salud de la región necesitan urgentemente, no solo la dotación de insumos médicos en las diferentes áreas, sino también el mantenimiento constante de las zonas hospitalarias para evitar el riesgo de infección tanto en los pacientes como en los médicos.
“No se puede negar que en los hospitales los pacientes y el personal llevan sus propias mascarillas. La poca dotación lo han hecho médicos que están en el exterior, el colegio de médicos y el Ministerio de Salud, pero no son suficiente. Proteger al personal no solo es un derecho, es un deber para garantizar asistencia y preservar el activo más importante: la vida”, acotó.