El mundo está a la espera de la decisión del principal regulador médico europeo sobre su investigación acerca de si hay o no evidencias que muestren que la vacuna contra el coronavirus desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford está relacionada con un pequeño número de problemas de coagulación reportados en el continente.
El comité de expertos de la Agencia Europea de Medicamentos (AEM) anunciará los resultados de su investigación en el transcurso de este jueves.
A principios de semana, más de una docena de países entre ellos Alemania, Francia, España e Italia, suspendieron la vacunación con este fármaco tras reportes de trombos inusuales en varias de los 17 millones de personas que han recibido al menos una dosis de la vacuna en Europa.
Tanto la AEM como la Organización Mundial de la Salud señalaron que actualmente no hay pruebas que sugieran que la vacuna causó esta reacción y que los beneficios de la inmunización superan con creces el pequeño riesgo potencial de recibirla. La farmacéutica dijo que tras una exhaustiva revisión de sus datos no halló pruebas de un mayor riesgo de coágulos en ningún grupo de edad o sexo en ningún país.
La directora ejecutiva de la AEM, Emer Cooke, dijo el martes que la prioridad de la agencia es la seguridad de la vacuna y que considerará cuestiones como si es necesario añadir advertencias para la aplicación de la de AstraZeneca-Oxford. Además, señaló que el COVID-19 sigue sumando contagios y decesos en el continente a diario y recordó que las vacunas son fundamentales para frenar su propagación.
“Nos preocupa que pueda tener efecto sobre la confianza en las vacunas”, dijo. “Pero nuestro trabajo es asegurar que los productos que autorizamos son seguros y que los ciudadanos europeos pueden confiar en nosotros”.
La pausa en la vacunación con el fármaco de AstraZeneca coincide con un repunte de los contagios en el continente mientras Gran Bretaña espera importantes demoras en la entrega de sus vacunas. Decenas de miles de nuevos casos han provocado nuevos confinamientos en Italia, incrementaron las hospitalizaciones en Francia y llevaron a las autoridades alemanas a anunciar el inicio de la tercera ola de la pandemia allí.
Cada vez que se administra una vacuna a nivel global, los científicos esperan que se reporten algunos problemas graves de salud y decesos por el simple hecho de que millones de personas están recibiendo el fármaco. Determinar si estos problemas son culpa o no de la vacuna puede ser difícil, ya que la mayoría de los primeros en recibirla son los que corren más riesgo si contraen el coronavirus. Pero como no hay datos de ninguna de las vacunas contra el COVID-19 a largo plazo, cualquier posible indicio de problemas debe ser investigado a fondo.