“Desde hace años he soñado con la posibilidad de servir a los ecuatorianos para que el país progrese, para que todo podamos vivir mejor. Hoy ustedes han resuelto que eso sea así”, dijo por la noche un emocionado Guillermo Lasso en un recinto repleto de dirigentes y simpatizantes pese a la pandemia.
El exbanquero de derecha que por tercera vez buscaba la presidencia de Ecuador, agradeció tras el balotaje del domingo a los ciudadanos por haberle concedido el triunfo electoral. Además ratificó su decisión de gobernar para lograr equidad salarial y laboral de las mujeres, proteger a las adolescentes embarazadas, proteger a los integrantes de grupos LGBTI, apoyar a los agricultores y crear oportunidades para los jóvenes.
A pesar de su declarada convicción conservadora en temas como matrimonio igualitario y minoría sexuales, entre otros, se comprometió a aceptar otros puntos de vista. Acompañado de su esposa María de Lourdes Alcívar, su compañera en las últimas semanas de campaña, expresó que “desde el 24 de mayo me dedicaré a la construcción de un proyecto nacional que continúe escuchando a todos, porque este proyecto será de todo ustedes”.
“Iniciemos un época de encuentro en que los 17 millones de ecuatorianos podamos trabajar juntos para lograrlo”, afirmó. “Este es un día histórico, en que todos los ecuatorianos han decidido su futuro, han expresado con su voto la necesidad de cambio y el deseo de mejores días para todos”.
Al mismo tiempo, su rival, el izquierdista Andrés Arauz, en una declaración ante sus partidarios aceptó la derrota y convocó a sus seguidores, desde la tarima, a “volver a ser un solo Ecuador”.
“Creemos que representamos y luchamos por ideas y valores, pero hoy ha llegado el momento de avanzar, tenemos que tender puentes y construir consensos. Este es un traspié electoral, pero de ninguna manera es una derrota política ni moral”, dijo. Agregó que continuará por “el camino de la organización y construcción de un futuro más digno y solidario para todos los ecuatorianos y destacó que tras su discurso felicitaría a Lasso por su triunfo electoral.
Con el 93,38% de los sufragios válidos escrutados por el Consejo Nacional Electoral, Lasso se acreditó el 52,51% y Arauz llegó con el 47,49%.
La autoridad electoral no tiene previsto anunciar oficialmente al ganador de la contienda, entre otras razones, porque debe procesar más del 4% de documentos electorales inconsistentes y porque debe esperar que todas las actas ingresen a su sistema. De acuerdo con el cronograma electoral, el anuncio oficial del ganador debería producirse la última semana de abril.
Poco después de las declaraciones de ambos contendientes, el expresidente Rafael Correa (2007-2017), quien impulsó la candidatura de Arauz, agradeció a los votantes por su apoyo a través de Twitter. “Sinceramente creíamos que ganábamos, pero nuestras proyecciones eran erradas. Suerte a Guillermo Lasso, su éxito será el de Ecuador. Solo le pido que cese el lawfare, que destruye vidas y familias”.
Horas antes de que Lasso se proclamara vencedor, el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, reveló en la misma red social que felicitó al exbanquero. “Acabo de hablar con Guillermo Lasso, para felicitarlo por su triunfo y para ponernos a trabajar en conjunto en los temas que tengamos en común nuestros países”. A su vez, el exmandatario argentino, Mauricio Macri, también tuiteó: “Acabo de hablar con Guillermo Lasso para felicitarlo por su triunfo, que es muy importante para Ecuador y para la región”. Ambos, como Lasso, son de derecha.
En declaraciones a The Associated Press, el analista Jorge Ortiz, explicó que la diferencia entre Lasso y Arauz fue muy significativa “en experiencia, trayectoria, propuesta, en realizaciones. Arauz posiblemente es un buen hombre, hasta puede ser un buen prospecto político, pero no tiene ni un solo mérito: fue elegido a dedo por Correa, pero no por trayectoria, no por rumbo, por solidez. Lasso fue un candidato más asentado, que conoce más los problemas del país y que está dispuesto a solucionarlos pragmáticamente; ahí la diferencia esencial”.
El balotaje cerró el domingo tras una jornada sin mayores inconvenientes en el proceso, pero en medio de fuertes medidas sanitarias debido a un sostenido repunte de la pandemia de coronavirus que ha causado severas restricciones en ocho de las 24 provincias del país.
La analista política Grace Jaramillo, de la universidad British Columbia, en Vancouver, destacó a la AP que la tarea principal para el nuevo gobernante es “despolarizar el país. No habrá visos de gobernabilidad si el nuevo gobierno no tiende la mano y no genera una plataforma donde los acuerdos con la Asamblea sean posibles… crear una plataforma y una secuencia clara de acuerdos sobre la mesa”.
El ganador de las elecciones de este domingo reemplazará en el cargo al mandatario Lenín Moreno, desde el 24 de mayo de este año, por un período de cuatro años.
En la primera vuelta de febrero, Lasso —al frente del movimiento CREO— quedó segundo con una ventaja de apenas medio punto porcentual sobre el ambientalista y candidato indígena Yaku Pérez. Favorece las políticas de libre mercado y el acercamiento de Ecuador a organismos internacionales. Ha propuesto aumentar el salario mínimo a 500 dólares, encontrar formas de incluir a más jóvenes y mujeres en el mercado laboral y eliminar las tarifas para los equipos agrícolas.
Arauz, un economista de 37 años, encabezó la primera ronda de votaciones con más del 32% con base al caudal de votos de los simpatizantes de Correa, quien se encuentra prófugo de la justicia debido a una condena por delitos de corrupción. Este candidato propuso hacer que los ricos paguen más impuestos, desistir de los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional y buscar mecanismos legales para forzar la repatriación de los depósitos que los ecuatorianos tienen en el exterior. Arauz, postulado por la coalición Unión por la Esperanza (UNES), era un virtual desconocido en el país hasta cuando fue impulsado por Correa.
Esta decisiva jornada se llevó a cabo con relativa normalidad en todo el país. Esta vez no hubo vendedores ambulantes que en el pasado convertían los alrededores de los recintos electorales en verdaderos mercadillos e improvisados comedores callejeros.
En estos comicios, que abrieron a las 7 de la mañana y cerraron a las 5 de la tarde, las autoridades pidieron a los votantes usar mascarilla, llevar alcohol o gel desinfectante y llevar su propio bolígrafo, además de guardar al menos dos metros de distanciamiento social.
Ecuador registra 344.877 contagiados y 17.275 fallecidos, y enfrentaba un nuevo repunte de la enfermedad que obligó a más restricciones en un país con un lento y complicado proceso de vacunación.