El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, confió este sábado en que su país pueda «demostrar que las democracias funcionan» y volvió a defender la retirada de Afganistán, con motivo del vigésimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre.
Biden no pronunció ningún discurso en los actos con motivo del 11-S en los que participó, tanto en Nueva York como en Shanksville (Pensilvania), pero sí hizo algunos comentarios en declaraciones a periodistas después de visitar una estación de bomberos en esa segunda localidad.
El mandatario describió como «verdaderamente bueno» el discurso que había dado poco antes en Shanksville el expresidente republicano George W. Bush (2001-2009), quien comparó el «espíritu infame» de los terroristas del 11-S con el de los extremistas violentos que provocaron el asalto al Capitolio el pasado enero.
Biden subrayó la importancia de avanzar hacia la unidad en un momento de latentes tensiones en el país tras el mandato de Donald Trump (2017-2021), y reveló que, durante su visita a la estación de bomberos en Shanksville, se había hecho fotos con voluntarios que llevaban gorras como señal de apoyo a ese polémico expresidente.
Aseguró que los líderes autoritarios piensan que ellos son los únicos que pueden tener éxito, y dijo que lo había comprobado en sus conversaciones con los presidentes de China, Xi Jinping; y Rusia, Vladímir Putin.
«Creo que realmente podemos, de hecho, liderar con el poder de nuestro ejemplo de nuevo», continuó Biden.
Opinó que el resto del mundo pensaba que los estadounidenses «no hablaban entre sí» y ahora está sorprendido por la aprobación en Estados Unidos de planes de estímulo económico que «muestran un verdadero respeto» por la clase media.
También criticó a Trump por haber afirmado que si el que fuera general confederado -del bando perdedor y defensor de la esclavitud- en la guerra civil de Estados Unidos, Robert Lee, hubiera batallado en la guerra de Afganistán, los estadounidenses habrían ganado.
Biden lamentó el tono amargo del debate político sobre el tema y volvió a defender la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán, completada poco antes del vigésimo aniversario del 11-S y que derivó en caos y violencia después de que los talibanes tomaran el control de Kabul.
«¿Podría volver Al Qaeda? Sí. Pero adivinen qué: ya ha vuelto en otras partes. ¿Cuál es entonces la estrategia? ¿Vamos a invadir y hacer que nuestras tropas se queden en todos los lugares donde hay presencia de Al Qaeda? Venga ya», zanjó.
E insistió en que el caos de la retirada en el aeropuerto de Kabul era inevitable: «Si estuviéramos en Tayikistán y lleváramos un (avión) C-130 y dijéramos que vamos a dejar que quienes nos hubieran apoyado se suban a este avión, también habría gente aferrada al tren de aterrizaje».
Tampoco se mostró preocupado por su ligera pérdida de popularidad en Estados Unidos, donde el 49 % de la población aprueba su gestión, según Gallup: «Soy un chico grande. Llevo haciendo esto mucho tiempo», contestó.
EFE