La mañana del 4 de octubre, el Papa Francisco ha reunido en el Vaticano a expertos y líderes religiosos en el encuentro “Fe y Ciencia”, durante el cual se firmó un Llamado conjunto con vistas al evento de Glasgow. El Pontífice no leyó, sino que entregó a los participantes su discurso escrito, en el que lanzó un llamamiento a adoptar comportamientos y acciones basados en la «interdependencia» y la «corresponsabilidad» para contrarrestar las «semillas de conflicto» que causan heridas al ambiente.
El Papa Francisco, en su discurso entregado a los participantes, ofrece a los asistentes “tres conceptos para reflexionar sobre esta colaboración: la mirada de la interdependencia y del compartir, el motor del amor y la vocación al respeto”.
El mundo está íntimamente unido
En el día del primer aniversario de la encíclica Fratelli tutti dedicada a la fraternidad humana, el Papa Francisco reúne en la Sala de las Bendiciones a científicos, expertos y líderes religiosos (entre ellos, el gran imán de al-Azhar, Ahmad al-Tayyeb, y el Patriarca de Constantinopla, Bartolomé I) para el encuentro «Fe y Ciencia. Hacia el policía 26». Un evento que -como dice el título- se anticipa a la conferencia anual de la ONU sobre el clima que se celebrará en Glasgow (Escocia) del 31 de octubre al 12 de noviembre.
El Papa insiste en un primer concepto expuesto en su discurso: «Todo está conectado, todo en el mundo está íntimamente conectado»: la ciencia y la fe, el hombre y la creación. “Reconocer que el mundo está interconectado significa no sólo comprender las consecuencias dañinas de nuestras acciones, sino también individuar comportamientos y soluciones que deben adoptarse con una mirada abierta a la interdependencia y al compartir”, subraya Francisco.
Interdependencia y corresponsabilidad
“El encuentro de hoy, añade el Papa, que une muchas culturas y espiritualidades en un espíritu de fraternidad, no hace más que reforzar la conciencia de que somos miembros de una única familia humana (…) Para iluminar esta mirada queremos comprometernos con un futuro modelado por la interdependencia y por la corresponsabilidad”, insistió.
Francisco subraya en su mensaje que “Este desafío a favor de una cultura del cuidado de nuestra casa común y también de nosotros mismos tiene el sabor de la esperanza, porque no hay duda que la humanidad no ha contado con tantos medios para alcanzar este objetivo como los que tiene hoy”.
Desafíos a la esperanza
El Pontífice pone en evidencia que la dinámica de la interdependencia y de la corresponsabilidad se enfrenta a “semillas de conflicto”, que “causan las graves heridas que provocamos en el ambiente como los cambios climáticos, la desertización, la contaminación, la pérdida de biodiversidad, llevando a la rotura de «esa alianza entre ser humano y medio ambiente que ha de ser reflejo del amor creador de Dios, del cual procedemos y hacia el cual caminamos”.
Para enfrenar estos desafíos, Francisco subraya la importancia del “ejemplo y la acción, y el de la educación”. Desde estos dos ámbitos, indica, “se ilustran también varios recorridos educativos y formativos que podemos desarrollar a favor del cuidado de nuestra casa común”.
La vocación al respeto
“Respeto por la creación, respeto por el prójimo, respeto por sí mismos y respeto hacia al Creador. Pero también respeto reciproco entre fe y ciencia, para «entrar en un diálogo entre ellas orientado al cuidado de la naturaleza, a la defensa de los pobres, a la construcción de redes de respeto y de fraternidad” insiste el Papa.
«No podemos actuar solos», dijo el Papa, quien subrayó que «es fundamental el compromiso de cada persona en el cuidado de los demás y del medio ambiente»: un compromiso «que lleva a un cambio de rumbo tan urgente y que debe ser alimentado también por la propia fe y la espiritualidad»; un compromiso que debe ser impulsado continuamente por el motor del amor.
El Llamamiento conjunto
El Pontífice, que no leyó su discurso, entregó el documento al presidente de la Cop26, Alok Sharma, y al ministro de Asuntos Exteriores italiano, Luigi Di Maio. «Ustedes -dijo Francisco- tienen la transcripción de lo que tengo que decir ahora y para no salirme del tiempo, que es necesario que todos hablen, les dejo la transcripción en sus manos, pueden leerla y así podemos seguir adelante en esta celebración».
Todos los presentes firmaron un Llamamiento conjunto en el que ilustraron, entre otras cosas, diversas vías de educación y formación que deben desarrollarse en favor del cuidado de la casa común.
Esperar respuestas efectivas de la COP 26
El respeto, subrayó el Pontífice, «no es un mero reconocimiento abstracto y pasivo del otro», sino una acción «empática y activa» encaminada a «querer conocer al otro y entrar en diálogo con él para caminar juntos en este camino común». Un viaje que desembocará en la Cop 26 de Glasgow que, concluye el Papa, «está llamada a ofrecer urgentemente respuestas eficaces a la crisis ecológica sin precedentes y a la crisis de valores en la que vivimos, y ofrecer así una esperanza concreta a las generaciones futuras».
El evento finalizó con la siembra de un árbol de olivo en la que participaron todos los asistentes. Cada uno depositó en la maceta un poco de tierra, simbolizando el compromiso firmado momentos antes.
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