La Conferencia Episcopal Canadiense ha anunciado que, debido a la escalada de la crisis de Covid-19, una delegación de las Primeras Naciones que tenía previsto visitar el Vaticano la próxima semana ha pospuesto su viaje. La delegación indígena debía viajar al Vaticano del 17 al 20 de diciembre para reunirse con el Papa Francisco y discutir lo sucedido en los internados del país gestionados por la Iglesia.
La historia
Los internados eran escuelas financiadas por el gobierno, muchas de ellas dirigidas por organizaciones cristianas, que se crearon para asimilar a los niños indígenas a la cultura eurocanadiense. Funcionaron desde la década de 1880 hasta las últimas décadas del siglo XX y su objetivo era educar y convertir a los jóvenes indígenas y asimilarlos a la sociedad canadiense convencional. El sistema separaba a los niños de sus familias por la fuerza durante largos periodos de tiempo y les prohibía reconocer su herencia y cultura indígenas o hablar su lengua. Los antiguos alumnos denuncian abusos extensos y sistemáticos dentro del sistema.
Motivo de la reprogramación
En un comunicado publicado en su página web, los obispos escriben que «después de considerar cuidadosamente la incertidumbre y los posibles riesgos para la salud que afectan a los viajes internacionales debido a la reciente propagación de la variante Omicron, los obispos canadienses, la Asamblea de las Primeras Naciones, el Consejo Nacional Métis y el Inuit Tapiriit Kanatami han decidido conjuntamente reprogramar la delegación de diciembre de 2021 al Vaticano a la primera oportunidad en 2022». Los obispos explicaron que la decisión era «dolorosa», pero que se tomó tras «una cuidadosa consulta con los delegados, los familiares, los líderes comunitarios, los funcionarios de salud pública y los dirigentes de cada una de las tres organizaciones indígenas nacionales». Explicaron que se prestó especial atención a la situación de los delegados de edad avanzada y de los que viven en comunidades remotas, para quienes «el riesgo de contagio y la naturaleza fluida de la evolución de la situación mundial suponen una amenaza demasiado grande en este momento». «Nos sentimos reconfortados – dice el texto – por el deseo que nos ha transmitido la Santa Sede de que la seguridad de la delegación informe cualquier decisión de seguir adelante».
Aplazado y no cancelado
Subrayaron que el encuentro de la delegación con el Papa en Roma había sido «aplazado y no cancelado». A medida que se disponga de más información sobre la actual variante de Omicron, los obispos – subrayan – seguirán evaluando la viabilidad de los futuros planes de viaje, basándose en las indicaciones del gobierno canadiense y de las autoridades internacionales competentes. Los obispos aseguran que su «compromiso compartido de caminar juntos hacia la sanación y la reconciliación sigue siendo firme». «Sabemos que la Santa Sede está muy comprometida con la reprogramación de esta visita en el nuevo año – señalan – y esperamos la oportunidad de que los ancianos indígenas, los custodios del conocimiento, los sobrevivientes de las escuelas residenciales y los jóvenes participen en reuniones privadas con el Papa Francisco».