El día en que la crisis de Ucrania precipitó en un conflicto, el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, hizo la siguiente declaración a los medios de comunicación vaticanos:
Ante los acontecimientos hodiernos de la crisis en Ucrania, las palabras que el Santo Padre Francisco pronunció ayer al final de la Audiencia General resaltan aún más claramente y de forma más sentida. El Papa evocó «gran dolor», «angustia y preocupación». E invitó a todas las partes implicadas a «abstenerse de cualquier acción que cause aún más sufrimiento a las poblaciones», «desestabilice la convivencia pacífica» y «desacredite el derecho internacional». Este llamamiento adquiere una dramática urgencia tras el inicio de las operaciones militares rusas en territorio ucraniano. Los trágicos escenarios que todos temían se están haciendo lamentablemente realidad. Pero aún hay tiempo para la buena voluntad, aún hay espacio para la negociación, aún hay espacio para el ejercicio de una sabiduría que impida que prevalezcan los intereses partidistas, tutele las legítimas aspiraciones de todos y libre al mundo de la locura y los horrores de la guerra. Nosotros los creyentes, no perdemos la esperanza en un vislumbre de conciencia por parte de quienes tienen los destinos del mundo en sus manos. Y seguimos rezando y ayunando -lo haremos el próximo Miércoles de Ceniza- por la paz en Ucrania y en el mundo entero.