Alina Tufani Díaz -Ciudad del Vaticano
Destrucción y miseria
“En Ucrania corren ríos de sangre y lágrimas. No se trata sólo de una operación militar, sino de una guerra, que siembra muerte, destrucción y miseria. El número de víctimas aumenta, al igual que las personas que huyen, especialmente las madres y los niños”, expresó el Pontífice.
LE PUEDE INTERESAR: El Papa implora «el fin de la guerra» en Ucrania
Acceso a la ayuda humanitaria
La necesidad de ayuda humanitaria “en ese atormentado país crece dramáticamente cada hora”, dijo el Santo Padre antes de exhortar una inmediata ayuda humanitaria:
“Hago un llamamiento sincero para que se aseguren realmente los corredores humanitarios y se garantice y facilite el acceso de la ayuda a las zonas asediadas, con el fin de proporcionar un alivio vital a nuestros hermanos y hermanas oprimidos por las bombas y el miedo”
LEA TAMBIÉN: Cercanía de Iglesias de las Américas con Ucrania: claman por la paz
Diálogo y sentido común
Francisco agradeció la hospitalidad de quienes acogen a los refugiados para luego exhortar a poner en primer lugar el diálogo y el sentido común:
Gratitud a los periodistas
El Santo Padre también agradeció la labor de los periodistas que arriesgan su vida para informar:
“¡Gracias, hermanos y hermanas, por vuestro servicio! Un servicio que nos permite estar cerca de la tragedia de esa población y nos permite evaluar la crueldad de una guerra”.
La Santa Sede está dispuesta a todo por la paz
“”. Así lo subrayó Francisco al informar que dos cardenales han ido a Ucrania, para servir al pueblo, para ayudar. El Cardenal Konrad Krajewski, Limosnero de Su Santidad, para llevar ayuda a los necesitados; y el Cardenal Michael Czerny, Prefecto ad interim del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.
“Esta presencia de los dos cardenales allí es la presencia no sólo del Papa, sino de todo el pueblo cristiano que quiere acercarse y decir: «¡La guerra es una locura! ¡Para, por favor! Mira qué crueldad».