La Beata Emilia Bicchieri nació en Vercelli en 1238. Habiendo perdido a su madre a muy temprana edad, se puso bajo la especial protección de la Madre de Dios.
No accedió a los planes de su padre que la quería casar y fue monja de clausura del monasterio de Santa Margarita, fundado con la ayuda de su padre; el primero de la orden regular de terciarias dominicas, del que se convirtió en abadesa a la edad de veinte años. y fue monja de clausura del monasterio de Santa Margarita, fundado con la ayuda de su padre. «Abandonó el camino espacioso del siglo», deseosa de servir al Señor por los caminos más estrechos que él le destinara.
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Habiendo sido elegida priora contra su voluntad, gobernó con tacto y habilidad, tuvo la sabiduría de no ordenar a nadie lo que ella misma no haría.
Llamaba la atención por la frecuencia con que comulgaba (algo no común en esos días). Se le atribuyen muchos éxtasis, visiones y milagros.
Fue varias veces priora y siempre muy servicial con todas las hermanas. Emilia murió en Vercelli el 3 de mayo de 1314 y su cuerpo se venera desde 1811 en la catedral. Su culto fue confirmado en 1769.
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Yoliana Pastran / Diario Católico