Durante muchos años atrás, más o menos a mediados del siglo XIX, se viene diciendo que la neurona es la unidad funcional del cerebro, es la única es la única célula del cerebro y por ende es la más importante. Pero esto no es del todo cierto, de hecho, la neurona es la célula menos abundante del cerebro, la mayoría de las células del cerebro se llaman células de la glía y cumplen varias funciones en el cerebro igual de importantes a las neuronas. Son varias células de la glía y han sido llamada de acuerdo con su morfología y función de la siguiente manera: microglía, astrocitos, oligodendrocitos, ependimocitos y células de Schwann.
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De acuerdo con lo anterior, es lógico pensar que, así como se enferman las neuronas en la enfermedad de Alzheimer, también las células de la glía se afectan por otras enfermedades. UN ejemplo de eso son los astrocitos que representan nuestras células de defensa en el cerebro y están afectadas en enfermedades infecciosas como VIH/SIDA o SARS-Cov2 (enfermedad por covid19). De esta misma manera, en enfermedades inflamatorias la microglía es una de las que primero se ven alteradas, así mismo esta célula ayuda a procesos de cicatrización en el cerebro. En la esclerosis múltiple son los oligodendrocitos las células diana en esta enfermedad.
Tanto las neuronas como las células de la glía son igual de importantes y la adecuada comunicación entre ellas mediante neuropéptidos y neurotransmisores es lo que permite que funcione el cerebro, dicho de otro modo, es la unidad neurogliovascular (neurona-glía-vasos sanguíneos) la verdaderamente importante, es la unidad funcional del cerebro y no es la neurona la reina del cerebro.
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