En el poblado de Katskhi, una bella localidad de Georgia, país ubicado en la costa del Mar Negro, hay una iglesia como ninguna otra en el mundo: el Pilar de Katskhi.
Se trata de una pequeña ermita que se levanta sobre un monolito de 40 metros de altura y apenas 150 metros de superficie que, por sus dimensiones, parece elevarse hasta el cielo.
No hay en el mundo una iglesia parecida. El Pilar de Katskhi es una construcción que data de hace más de mil años y está dedicada a la Santa Cruz y que consta -además de la pequeña iglesia- de tres pequeñas celdas de ermitaño y una bodega de vino.
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En los años 90, las autoridades georgianas hicieron un extenso estudio de las estructuras y dataron su antigüedad entre los siglos IX y X.
Además, encontraron una inscripción en georgiano por la que se infiere que el pequeño monasterio seguía en funcionamiento al menos hasta el siglo XIII.
De acuerdo con Aleteia, el Pilar de Katskhi fue habitado originalmente por estilistas, unos monjes anacoretas de oriente medio que tenían la particularidad de habitar en plataformas colocadas encima de altas columnas.
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La ermita estuvo deshabitada durante varios siglos, hasta que en 1990 un monje ermitaño ortodoxo de nombre Maxim Qavtaradze la restauró para habitar en ella.
Para subir y bajar, algunas veces al mes, Maxim utiliza una escalera de acero y habilitó también un sistema de poleas para sus enseres.
Con información Desde la Fe–
Maryerlin Villanueva