Una vez más el Papa Francisco hizo un llamado para que cese la guerra en Ucrania que ha dejado un saldo de miles de muertos y heridos. El Santo Padre sostuvo que «La oración es la fuerza de la paz. Recemos, sigamos rezando por Ucrania, tan martirizada».
En Roma en una cita organizada por la Comunidad de San Egidio, el Papa ha invitado a fieles a unirse espiritualmente a esta gran invocación a Dios. Miles de personas, conectadas en línea, seguirán este 36º encuentro internacional por la paz de la Comunidad de San Egidio, nacido para celebrar el espíritu del histórico acontecimiento interreligioso de Asís en 1986.
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Francisco rezará en el interior del Coliseo en presencia de representantes de las Iglesias y Comunidades Cristianas, mientras que los representantes de otras religiones se reunirán en oración en diferentes lugares de la ciudad.
Después, todos juntos, participarán en la ceremonia final y, tras los discursos de clausura, se guardará un minuto de silencio en memoria de las víctimas de la guerra y se hará un llamado a la paz en todo el mundo.
Entre los líderes cristianos presentes se halla también el cardenal Louis Raphaël I Sako, patriarca de los caldeos, que participó en uno de los foros preparatorios del encuentro de oración, que tuvo lugar desde el pasado domingo hasta esta mañana en el centro de congresos «la Nuvola» de Roma.
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«Vivir juntos. La lección de la pandemia», el tema del encuentro. «Hoy existe este grito de paz, de la esperanza de toda la humanidad por la paz. Hoy no podemos soportar las guerras que son una cosa absurda», subrayó a Vatican News, y «todos estamos llamados a ser solidarios como lo fuimos durante la pandemia». Hoy, reiteró, «hay otra pandemia que es esta guerra entre Ucrania y Rusia y todos estamos preocupados por lo que va a pasar, si se van a utilizar armas nucleares o no».
Para su patria, Iraq, la guerra ha sido a menudo un hecho cotidiano. «En la liturgia caldea, el diácono siempre invita a rezar por la paz», explica el Patriarca de los Caldeos, «al menos una docena de veces dice: ‘recemos para que la paz esté con nosotros’, porque esta Iglesia siempre ha sido perseguida. Hemos vivido guerras, conflictos, familias desplazadas y refugiados, y somos muy sensibles a la paz y tenemos una reacción muy fuerte contra todo lo que sea guerra y armas».
«Todos estos conflictos y tensiones arruinan la sociedad, las relaciones. También la economía. La ecología, todo. ¿Por qué no encontrar la reconciliación o negociar para resolver los problemas mediante un diálogo valiente y una solución política y diplomática en lugar de utilizar las armas?».
Maryerlin Villanueva