El domingo 27 de noviembre se da inicio a la época de adviento, siendo el tiempo en el que la feligresía está “llamada a ser luz en medio de la oscuridad” de acuerdo a lo expresado por el presbítero, y director de Diario Católico, José Lucio León.
“Estamos a las puertas del Adviento, un tiempo que significa venida. Este tiempo nos prepara para la venida del Señor, que se hace hombre en medio de nuestras vidas, y por ello esta venida se nos presenta en tres dimensiones: adviento histórico, adviento místico, y adviento escatológico.
En este sentido, explicó León que, la primera etapa, adviento histórico, significa la espera en que vivieron los pueblos que ansiaban la venida del salvador, cuyo camino va desde Adán hasta la encarnación, el cual abarca el Antiguo Testamento.
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“Escuchar las lecturas de los Profetas, nos deja una enseñanza importante para preparar los corazones a la llegada del Señor, y acercarse a esta historia es identificarse y conocer con aquellos hombres, que deseaban con vehemencia la llegada del Mesías y la liberación que esperaban de él” dijo.
Mientras tanto el adviento místico, es la preparación moral del hombre de hoy a la venida del Señor, siendo “el tiempo propicio para la evangelización y la oración que dispone al hombre, como persona, y a la comunidad humana, como sociedad, a aceptar la salvación que viene del Señor y que solo de Él podemos obtener. Jesús es el Señor que viene constantemente al hombre, y es necesario que él se percate de esta realidad, para estar con el corazón abierto, listo para que el Señor entre” expresó el sacerdote.
Continuó el padre diciendo que, el adviento escatológico es la preparación a la llegada definitiva del Señor al final de los tiempos, “cuando vendrá para coronar definitivamente su obra redentora, dando a cada uno según sus obras. La Iglesia invita al hombre a no esperar este tiempo con temor y angustia, sino con la esperanza y la sinceridad de que, cuando esto suceda, será para la felicidad del hombre que acepta a Jesús como su salvador” apuntó.
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Este tiempo inicia, con las vísperas del domingo más cercano al 30 de noviembre y termina antes de las vísperas de la Navidad. Los domingos de este tiempo se llaman 1°, 2°, 3° y 4° de Adviento.
Los días del 16 al 24 de diciembre (la Novena de Navidad) tienden a preparar más específicamente, las fiestas de la Navidad con “misericordia y dedicación”. El color de los ornamentos del altar y la vestidura del sacerdote es el morado, igual que en Cuaresma, que simboliza la austeridad y la penitencia.
Durante el Adviento, se presentan cuatro temas: I Domingo, la vigilancia en espera de la venida del Señor; II Domingo, la conversión, nota predominante de la predicación de Juan Bautista; III Domingo, el testimonio, que María, la Madre del Señor, vive, sirviendo y ayudando al prójimo. El IV Domingo, el anuncio del nacimiento de Jesús hecho a José y a María.
“Cristo viene hoy y aquí, a nosotros, en nosotros, con nosotros. Nos hace solidarios de su persona y de su misterio redentor, ya que mediante el don de su palabra y de la Eucaristía, Cristo se graba en nosotros. Su venida gloriosa al final de los tiempos, no será otra cosa que la revelación de las venidas que ahora realiza en nosotros” manifestó León.
Corona
Para el sacerdote, un símbolo que se nos presenta en este Tiempo es la Corona de Adviento, con sus cuatro velas, siendo este una tradición de Alemania difundida por todo el mundo, la cual representaba el ruego para que el dios-sol regresara con su luz y calor durante el invierno.
Al ver en Jesucristo el origen de la vida y luz espiritual, adoptaron este símbolo para expresar y vivir su fe, en torno a la persona del Mesías que está por venir. El significado de la Corona, se presenta con un círculo de follaje verde, que recuerda la eternidad de Dios y nos hace pensar en los miles de años de espera del Mesías, desde Adán hasta su nacimiento, y en la actual, espera de la segunda venida de Cristo.
El color verde significa la esperanza de la vida. Las cuatro velas que se colocan alrededor, significan la luz que disipan las tinieblas del pecado, pueden ser tres de color morado, que simbolizan el deseo de conversión y una rosa que habla de la alegría vivida con María, por la inminente llegada de Jesús. Si no se tienen las velas con esos colores que se sugieren, recordemos que la luz de Cristo prevalece por encima de los colores. La vela blanca del centro, es la Luz de Jesús que, con su nacimiento, viene a iluminar definitivamente la vida del hombre.
Preparación
El sacerdote Luis Merchán precisó que, una de las mejores maneras para entrar a este tiempo de “vigilancia y espera” es a través de la oración, y para ello el Papa Francisco ha exhortado a convertir cada corazón en un “Belén lleno de amor y de alegría”.
“En este tiempo, debemos pensar en la bondad y en qué necesitamos para ser mejores personas, y por ello se hace una necesidad reflexionar sobre la fe y mi relación con Dios y con el prójimo, y por ende, el verdadero significado del Adviento, nos lleva a vivir la Natividad del Señor intensamente en familia y compartiendo la Eucaristía” puntualizó.
Música
Merchán manifestó, que en esta época la música cambia, donde el canto de Gloria se suprime completamente en las celebraciones litúrgicas, reservándose para la Misa de Navidad, sin embargo, se conserva el canto del Aleluya.
“En el Adviento, el uso del órgano y de otros instrumentos musicales, debe ser marcado por una moderación adecuada al carácter de esta época del año, sin expresar con anticipación la alegría plena de la Natividad del Señor”. Indicó.
Destacó, que se debe poner especial cuidado en la selección de cantos para este tiempo, evitando la utilización de los que se han venido cantando durante el Tiempo Ordinario. Un error que a menudo se comete en este tiempo, es la interpretación de villancicos, los cuales, son propios del tiempo de Navidad y no del tiempo de Adviento, pues cantan la alegría de los hombres y de los ángeles por el niño nacido en Belén.
Personajes
Merchán resaltó cuatro personajes para la época del adviento, entre ellos, el profeta Isaías, San Juan Bautista, San José y la Virgen María.
Profeta Isaías: los cuatro domingos de Adviento, toman la primera lectura del profeta Isaías en el ciclo A, que inicia hoy domingo. “Isaías es un profeta que se identifica con el anuncio constante de la venida del Mesías, por ello su papel es muy importante en Adviento. Como profeta, vive la presencia de Dios y a pesar de la situación del pueblo, no deja de anunciarles la venida del Señor y sus planes. Nada logró decaer a Isaías en su misión, y no sólo anuncia la acción de Dios, sino que muestra que el mismo Dios viene en persona» a salvarnos” enfatizó el sacerdote.
San Juan Bautista: Es una figura importante en Adviento, porque es quien prepara el camino del Señor. El sentido de San Juan Bautista en Adviento, es para que meditemos y preparemos su venida escatológica. “Él no anuncia el nacimiento de Cristo, pero sí prepara el camino para la obra de Cristo, lo cual nos debe abrir el corazón y estar sobre aviso buscando la conversión permanente” acotó.
San José: es un personaje importante de Adviento, su papel fue vital, aunque su figura no sea tan mencionada. Es el padre adoptivo de Jesús y, por tanto, desde antes de su nacimiento debió encarar varias situaciones que manejó guiado por Dios. “Él nos enseña, que un hombre guiado por Dios no se equivoca, por lo cual es importante que cuidemos el verdadero espíritu del Adviento como San José, que nada nos aparte de cumplir la voluntad de Dios” agregó.
Virgen María: La Santísima Virgen María, es la figura más importante en la vivencia del Adviento. “Quien mejor que ella, que llevó en su seno al Hijo de Dios, nos puede enseñar a vivir el Adviento como debe ser. Vemos que ella escuchó y creyó en la Palabra de Dios, visitó a su prima Isabel para servirla y dio a luz en un humilde establo. Su camino estuvo marcado por la sencillez, el silencio y el servicio” concluyó Merchán.
Maryerlin Villanueva