***Un llamado de vocación tienen los religiosos, quienes llaman a vivir en comunidad bajo el amor de Dios que insta a perdonar tal y como lo hizo Jesucristo
Cada dos de febrero, la Iglesia celebra el día de la Vida Consagrada, que para este año se conmemora bajo el lema “caminando en esperanza”, con el fin que las personas sigan siendo profetas de comunión, sinodalidad, y fraternidad.
Fray Carlo de Jesús Ortiz, miembro de la Orden de los Frailes Menores Conventuales de Venezuela señaló que, el pasado año 2009, Dios lo llamó a la vocación de consagrar su vida al servició de Él por medio de los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia, además, del carisma Franciscano el cual está basado en vivir la conventualidad, comunión, fraternidad, y sencillez.
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“La Vida Consagrada está compuesta en la Iglesia por hombres y mujeres que perteneciendo a la misma por medio del bautismo han decidido libre y voluntariamente seguir a Cristo” expresó.
En la actualidad se halla en la Casa de Formación Seminario y Convento San José de Cupertino, en Palmira, en el municipio Guásimos, en cuyo lugar vive apegado a esta creencia que nace del corazón, de amar a Cristo, vivir y servir a él.
Precisó que la Vida Consagrada por medio del Concilio Vaticano II Lumen Gentium se ubica como parte de la santidad de la Iglesia, pues esto no es solo una pastoral, o movimiento apostólico o de “moda” que nació para responder a una necesidad del mundo eclesial, al contrario, pertenece a la Iglesia.
“Los consagrados vivimos al estilo de Cristo, sin nada propio, en obediencia, un solo corazón y alma, para estar disponibles donde Cristo y Dios nos necesiten así como la santa Iglesia no envíe” expresó.
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Aseguró que los religiosos están en el corazón de las parroquias, pues ellos reflejan la vida de Jesús y es por ello, que las congregaciones han crecido debido a que Jesucristo es “inagotable”, siendo un “vitral de muchos colores, donde cada carisma de la vida consagrada quiere reflejar este color” apuntó.
Ortiz explicó que, esta comunidad vive bajo la fraternidad como un signo profético y escatológico, también, destacan quienes se dedican ayudar a los enfermos, a los huérfanos, a la educación, a la oración y trabajo, ser peregrinos por el mundo llevando un mensaje de fe y evangelización.
Sostiene que la vida consagrada siempre ha estado presente en el estado Táchira, pues hay “56 presencias con diferentes carismas entre hombres y mujeres, quienes viven en la Diócesis de San Cristóbal para trabajar por el pueblo de Dios y santificando a los bautizados” apuntó.
Recordó que en el año 1977 el Papa Juan Pablo II emitió un decreto para alabar la Vida Consagrada, fecha en la cual también se conmemora la presentación del Señor al templo, cumpliéndose 40 días tras el nacimiento de Jesús.
Maryerlin Villanueva