Pbro. Jhonny Alberto Zambrano Montoya
Fe creída, Fe vivida
Con este artículo de una serie de tres (03) llegamos al final de una reflexión sobre el papel de los pastores frente a la realidad sociopolítica de Venezuela. La CEV expresaba sus esperanzas en cuanto a resolver la crisis económica por parte de las autoridades públicas de COMÚN ACUERDO CON EMPRESARIOS, COMERCIANTES E INSTITUCIONES COMPETENTES, creando un clima de confianza que permitiera la reactivación de la productividad y el crecimiento socioeconómico para beneficio del colectivo en especial los más pobres, al igual que el deber de solucionar las deficiencias de los servicios públicos y los hospitales.
AÑO 2014
La base para la reflexión en el 2014, fueron las elecciones del 14 de abril y el 08 de diciembre de 2013, reconociendo la necesidad de un pluralismo político-ideológico mediante el diálogo y la reconciliación nacional. Esto iba reforzado con la reunión del presidente Maduro y el papa Francisco el 17 de junio de 2013 en Roma y algunas reuniones entre funcionarios del ejecutivo nacional con representantes de la CEV.
Los obispos presentaron un ELENCO DE LOS PROBLEMAS DEL MOMENTO el 10 de enero 2014: la seguridad pública y de salud, la disminución de las reservas internacionales, deuda interna y externa, inflación, insuficiencia de producción nacional, dificultades para adquirir productos de primera necesidad, la libertad de expresión con la implantación de hegemonía en materia comunicacional y educación ideologizada.
Maduro presentaba EL PLAN DE LA PATRIA con el objetivo de propulsar la transformación del sistema económico y la transición al socialismo bolivariano, lo que para los obispos era la consolidación de un sistema sociopolítico y económico de gobierno estatista, totalitario, radical y excluyente, de corte marxista-comunista, que descarta cualquier otra alternativa sociopolítica e ideológica, e impone un pensamiento y un partido único. El 2014 estuvo marcado por una fuerte AGITACIÓN POLÍTICA-SOCIAL, los obispos rechazaron la violencia que arrojó un saldo de 43 muertos.
AÑO 2015
En el 2015 se manifestó la imposibilidad del diálogo, por la postura del Gobierno frente a los actores políticos, aun contando con el apoyo del Papa y el Nuncio Apostólico Aldo Giordano no trajo ningún resultado.
Los obispos señalaron ASPECTOS DISFUNCIONALES DEL ESTADO como: el desarrollo de una hegemonía comunicacional, control de los sindicatos, persecución de la disidencia política, multiplicación de leyes, normativas y procedimientos que dificultaban la actividad del sector privado, designación de rectores del CNE, Magistrados del TSJ y autoridades del Poder Ciudadano de acuerdo a los intereses del partido oficial, lo cual no refleja la pluralidad política.
LA CRISIS INSTITUCIONAL en Venezuela se afianza con la violación de los principios del Estado de derecho y separación de poderes que inicia en 2015. El poder ejecutivo subordinó y controló el poder Judicial (TSJ), el CNE y el Legislativo al suspender la actividad de la Asamblea Nacional y trasferir sus competencias al CNE, esto manifiesta la violación del principio de división de poderes, que fundamenta el Estado de derecho democrático.
AÑOS 2016-2018
El tema del FUNCIONAMIENTO DE LAS INSTITUCIONES ESTATALES fue retomado por la CEV en la Exhortación del 13 enero de 2016, al hablar de las elecciones parlamentarias con la nueva Asamblea Nacional. El 27 de abril de 2016 la CEV da un Comunicado donde indican el respeto a la institucionalidad que es una obligación y que los poderes públicos deben respetarse entre sí. Esto frente a la suspensión del Parlamento, los obispos referirán: «Desconocer a la Asamblea Nacional es desconocer y pisotear la voluntad de la mayoría del pueblo».
Un mensaje que describe la realidad sociopolítica que inició hace 22 años, pero que ha llegado a una agudeza inexplicable, fue dirigido por MONS. DIEGO PADRÓN, presidente de la CEV (2015-2018) en la apertura de la CIV Asamblea Ordinaria Plenaria, el 07 de enero de 2018:
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«El año 2017 los venezolanos no lo hemos vivido; ante todo, lo hemos sufrido. Entre abril y julio más de 130 muertos, 1500 heridos y miles de detenidos, llevados a la cárcel ilegalmente. En los últimos meses ha crecido y se ha extendido de modo acelerado el malestar general del país (…) El sufrimiento actual del pueblo venezolano es de carácter ideológico, ético-político y económico. La raíz del sistema político que nos gobierna es el marxismo castrista, traducido como “Socialismo del Siglo XXI”. De esa raíz ideológica nace una política económica equivocada, científicamente desactualizada, técnicamente superada e históricamente fracasada en cuantos países ha sido aplicada, una organización política de manifiesta intención excluyente, una inclinación a perpetuarse en el poder y una política histórico-cultural y comunicacional de talante fiscal y centralizador. A nosotros, Pastores, nos preocupa la vida de nuestro pueblo: su salud, su alimentación, sus medicinas, su seguridad, su empleo, su educación, su identidad espiritual de autenticidad cristiana y su consecuente vida moral […] Aunque el problema fundamental de Venezuela no es sólo político, los venezolanos hemos dejado que la política lo invada todo, lo coloree y lo determine. De tal modo que, si cambia la política, todo o casi todo cambia».
Allí se presentan las grandes consecuencias a nivel social, económico y político, que hace que los venezolanos vivan situaciones que atentan contra los principios vitales del ser humano, alimentación y salud, es una realidad que clama a Dios, es un pecado estructural.
La Iglesia en la voz de sus pastores, presenta y rechaza este modo de hacer política como inconstitucional en su procedimiento, que busca establecer un poder, no para servir al bien común, sino que ha desvirtuado la puesta en práctica de la verdadera política.
MARIO MORONTA
En esta línea M. Moronta, obispo de San Cristóbal, en su mensaje de inicio del 2018 manifiesta tres elementos que resumen LAS CAUSAS DE ESTA GRAVE SITUACIÓN: el relativismo ético que vive la nación, el vacío de liderazgo político por no sentirse pueblo, más aun, por estar lejos de él y la subcultura de la corrupción. Estos tres elementos son importantes para determinar los efectos a los que hay que responder, en el camino a seguir en la formación de la acción política que contribuya al proceso de reconstrucción de Venezuela.
La crisis socioeconómica que vivía Venezuela en este año, estaba acompañada de la crisis política, manifestada en la imposibilidad del funcionamiento de las democráticas instituciones políticas y el ejercicio del poder por parte del gobierno de Nicolás Maduro. Unido a la persecución política hecha a la oposición. La disfuncionalidad del Estado se manifiesta en la falta de seguridad pública, criminalidad, impunidad, violencia y emigración.
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Respecto a esto la CEV en su Exhortación Pastoral (13 enero 2017) al presentar el panorama político y social de Venezuela recuerda la necesidad de diálogo en comunión con el PEDIDO DEL PAPA FRANCISCO: «Los obispos venezolanos, en comunión con el Santo Padre Francisco, reiteramos las condiciones para continuar el diálogo señaladas por el Secretario del Estado Vaticano, el cardenal Pietro Parolín, en su carta del 01 de diciembre de 2016: “1. Aliviar la grave crisis de abastecimiento de comida y medicinas que está sufriendo la población. 2. Las partes concuerden el calendario electoral que permita a los venezolanos decidir sin dilaciones su futuro. 3. Se tomen las medidas necesarias para restituir cuanto antes a la Asamblea Nacional el rol previsto en la Constitución; 4. Se apliquen los instrumentos legales para acelerar el proceso de liberación de los detenidos”».
EL TEMA DE LA EMIGRACIÓN es el rostro más vulnerable en estos momentos, porque transciende el marco nacional y se ha convertido en la expresión más clara a nivel internacional de la crisis humanitaria que vive Venezuela. Estamos frente al más serio fenómeno migratorio de la región en toda su historia.
El impacto de dicha migración plantea retos como la crisis humanitaria en los países de acogida por la llegada masiva de migrantes venezolanos, los mecanismos de regularización migratoria, el colapso de servicios públicos en las zonas de frontera, los abusos y explotación laboral, sexual y trata de personas que azota a la población migrante venezolana, unido a la xenofobia y rechazo al que están expuestos.
¿CUÁL ES EL PANORAMA DEL TRIENIO 2019-2021?
Según, Mario Moronta, el Gobierno está formado por grupos estructurados con resguardo de intereses personales: Maduro y los cubanos, los fieles al legado de Chávez, y los militares. Se han cometido crímines de lesa humanidad, según el Estatuto de Roma que tiene vigencia en Venezuela. La oposición esta frágil y fragmentada. Algunos partidos están negociando con el régimen.
El liderazgo de J. Guaidó con su agenda: cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres, no es aceptado por todos y aquellos que le siguen confían en una salida a corto plazo. La sociedad civil desprotegida en todos los aspectos, su rostro más vulnerable los inmigrantes.
Los que siguen en Venezuela les rodea la desesperanza, producto del cansancio, esperan una solución externa. Y finalmente, personas e instituciones que plantean soluciones desde el compromiso de las bases y las comunidades: los estudiantes, las universidades, la Iglesia, entre otros.
El caos social producto de este ambiente es aprovechado por el régimen que logra sobrevivir con el apoyo de militares y países como Cuba, Rusia y China. Observamos un país afectado en su tejido material y organizativo como cuerpo social y alma nacional. Todo esto, contradice elementos fundamentales de una auténtica cultura democrática, manifestado en millones de venezolanos sumidos en condiciones materiales, institucionales y morales indignas de su condición humana.
Las élites de antes y de ahora no lograron que el pueblo sea sujeto capacitado y autónomo. El proyecto de socialismo del siglo XXI, pregonado ahora, dista mucho de lo que el pueblo venezolano aspira y reclama.
POR TANTO: En los documentos publicados por la CEV a lo largo de 22 años del régimen chavista, la Iglesia al expresar su voz, ha buscado ser coherente y clara frente al peligro político, que, en los últimos cinco años, ha agravado la situación. Los obispos han alzado su voz con la del pueblo, que clama por un cambio de rumbo en la política actual, autoridades del Gobierno los han amenazado de diversas formas, sin embargo, no han dejado de hacerlo. Seguimos apostando por una formación ciudadana de niños y jóvenes que desde la conciencia de ser Pueblo, sea el terreno preparado para una nueva generación de venezolanos que sean protagonistas de los retos que vislumbra el futuro.
