Varios Pontífices describieron cómo desde la época del Antiguo Testamento los profetas y religiosos que habitaban en el Monte Carmelo en Palestina, honraban a la Madre de Dios aun antes que naciera, es decir, así como esperaban al Mesías, aguardaban a la elegida del Padre para traerlo al mundo, según refiere María García de Fleury en el texto “La Virgen del Carmen es Venezuela” (Panapo 1996).
Al cumplirse lo anunciado por los profetas, luego de la muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, el Monte Carmelo permaneció como un lugar de reserva, en cuyas numerosas cuevas habitaban hombres dedicados a la oración. Uno de ellos llevó por primera vez la imagen de una Virgen con el niño Jesús en los brazos y la colocó sobre una roca.
Al pasar de los días, todos los habitantes de se reunieron para orar alrededor de la Madre de Dios y en la práctica diaria del rezo, nació la devoción que les llevó a levantar una capilla donde se dio a conocer como “Nuestra Señora del Monte Carmelo”. A sus devotos los llamaron “los Carmelitas”.
Escapulario
Hacia el año 1200, los Carmelitas fueron expulsados de la montaña y se disgregaron en varios países. Una comunidad se estableció en Inglaterra, donde coincidieron con un hombre llamado Simón Stock, quien llevaba años viviendo apartado y en oración. Con el pasar del tiempo, en atención a sus virtudes, los Carmelitas lo eligieron superior de la Orden.
En la angustia por las persecuciones a los Carmelitas en Europa, Simón Stock imploró a la Santísima Virgen la protección y auxilio. Fue así como el 16 de julio de 1251, Nuestra Señora se le apareció y le entregó el escapulario. Le dijo “(…) el que muera con él no padecerá el fuego eterno. Ésta es la señal de salvación, salvaguarda en los peligros y prenda de paz y de alianza eterna”.
María confirmó esta promesa en el año 1321 al Papa Juan XXII a quien en una visión le dijo que ella, como Madre de Misericordia descenderá al purgatorio para liberar a los religiosos y cofrades de la Orden Carmelita que mueran con él, conduciéndolos a la vida eterna. La catequesis enseña y aclara que el escapulario no es un amuleto, ni un talismán. Quien lo porta debe llevarlo con respeto y dar testimonio de vida cristiana.
Venezuela
La veneración a María en su advocación de El Carmen en Venezuela data de 1557, cuando los españoles fundadores de la ciudad de Barquisimeto trajeron la imagen invocando su protección. En adelante el culto a Nuestra Señora se difundió por toda la patria. Ella es patrona del Ejército, de los conductores, de los bomberos y de los marineros.
La tradición religiosa da fe de la presencia de la Virgen en las comunidades y coincide en atesorar imágenes que la representan y alrededor de las cuales han ocurrido y siguen sucediendo hechos milagrosos.
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El presbítero Juan José Escalante, párroco del Santuario Nuestra Señora del Carmen de Monte Carmelo, en Cordero Municipio Andrés Bello, explica que la devoción se ha fortalecido a través de tantos favores que la Virgen ha hecho a la comunidad y a muchos que vienen de otras partes.
El párroco recuerda que, si bien “hubo algunos momentos en los que se apagó la devoción, sobre todo a raíz de la pandemia, ahora la fe se ha avivado en acciones que tienen mucho significado, como por ejemplo, la bajada de la tablita con la imagen, para poder detallarla más de cerca, narrar la historia y motivar a los creyentes.
Milagro
Carmen Yajaira Colmenares Moreno reside en la vía hacia el Monte Carmelo en Cordero y es devota a la Virgen del Carmen, a quien agradeció la intercesión milagrosa para recuperar plenamente su movilidad luego de dos accidentes que le habrían impedido caminar.
La historia comenzó el 16 de julio de 2018, cuando iban camino de Macanillo a Potosí a bordo de una moto. En un tramo afectado por deslizamientos de terreno, el vehículo tuvo una falla y Maigel Mora, esposo de Carmen, quien conducía, perdió el control. La pareja y sus tres hijos cayeron hacia el precipicio. En ese momento, ella gritó invocando a la Virgen del Carmen. Un tronco frenó la caída y lograron retornar al camino, aunque Carmen se había golpeado fuertemente con una roca.
Fueron auxiliados por dos motorizados que pasaban por allí, pero durante el traslado se accidentaron de nuevo y al caer, Carmen recibió en su pierna todo el peso de la moto. El parte médico refirió fractura de tobillo, tibia, meseta tibial, pelvis y dos costillas. Ameritó intervención quirúrgica, colocación de platinas e inmovilización. El pronóstico no era favorable para recuperar su movilidad.
Aferrada a la oración y con la ayuda de su familia asistió a terapias durante un tiempo y logró desplazarse con muletas. “Mientras estuve inmovilizada perdí sensibilidad en la pierna. Gracias a Dios tuve la ayuda de amigos, especialmente de María Mora, para atender a mis hijos”.
Sin embargo, el 15 de agosto de 2019, sufrió otra caída que le ocasionó fractura de cadera. Requería una intervención de emergencia para remover un coágulo en la zona afectada y colocación de prótesis parcial. El costo de la cirugía era elevado y la familia no contaba con los recursos económicos.
Carmen narra que en todo momento de su situación oraba a la Virgen del Carmen y al beato José Gregorio Hernández el auxilio a su necesidad. La respuesta a su súplica fue atendida cuando recibió una donación por parte de un jugador de la selección venezolana de Fútbol para realizar a tiempo la cirugía “Fue algo muy grande recibir esa ayuda en el momento preciso”, dijo.
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Otro período de inmovilidad, terapia y acompañamiento de su familia, siempre perseverando en la oración. Luego de casi tres años en silla de ruedas, Carmen logró volver a caminar. Hoy día hace su vida con normalidad, incluso puede arrodillarse, aunque parte de su pierna carece de sensibilidad.
Ella está convencida de la sanación recibida por intercesión de la Virgen del Carmen y así lo testimonia “Mi reina hermosa, Virgen del Carmen, que por su intercesión me concedió el milagro de volver a caminar”. Valora la ayuda de quienes la Providencia puso en su camino, como el médico Leonardo Uzcátegui y el sacerdote Jesús Mora.
A propósito de la fiesta patronal, la parroquia presentó en un video la canción oficial dedicada a Nuestra Señora del Carmen, y en él se ha llevado a escena la gratitud expresada por Carmen. Una historia que confirma la cercanía y diligencia de la Madre del Cielo para quienes se cobijan a su amparo.
Ana Leticia Zambrano
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