Con motivo de la Jornada Mundial de los Abuelos y Mayores, el Papa Francisco ha invitado a estrechar la cercanía entre los jóvenes y los ancianos pues “ellos entregan al presente un pasado necesario para construir el futuro. Honrémoslos, no nos privemos de su compañía y no los privemos de la nuestra; no permitamos que sean descartados”, clama el Pontífice.
Aún más significativa es la respuesta que ofreció a una niña que recientemente le interrogó ¿quiénes son sus súper héroes? a lo que el Papa contestó: “¡Son los abuelos! Porque ellos formaron una familia, después envejecieron, pero tienen la sabiduría, por eso es importante que ustedes (los niños) conversen con los abuelos”.
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El rol de los adultos mayores y los abuelos en la sociedad se ha descrito ampliamente y converge en la idea de que ellos representan el encuentro, y el soporte de la familia. Su figura es el primer y común apoyo en la crianza de los hijos y son, sin duda, el resguardo y difusión de las tradiciones.
El antropólogo Rafael López explica que en cualquier sociedad humana, la herencia profunda básica, biológica, así como el entendimiento, el juicio, el valor “queda en manos de una generación vital, esa generación es la de los abuelos porque de acuerdo a estudios científicos, los nietos son los verdaderos herederos tanto de lo netamente biológico como de lo social”. Es decir, los nietos son la conexión más directa con los ancestros.
No obstante, es ineludible referir la vulnerabilidad de los adultos mayores a situaciones de abandono, maltrato físico o psicológico y falta de atención en salud. El Papa Francisco ha advertido sobre la cultura del descarte que excluye a los adultos mayores por considerarlos una carga.
Ante esto, el Pontífice expresa, como ha sido perseverante en las reflexiones del transcurrir de su magisterio, que la presencia de los abuelos, y ancianos en las familias y en las comunidades es valiosa y otorga “la conciencia de compartir la misma herencia y de formar parte de un pueblo en el que se conservan las raíces. Sí, son los ancianos quienes nos transmiten la pertenencia al Pueblo santo de Dios. Tanto la Iglesia como la sociedad los necesita”.
El Papa sostiene que el encuentro entre los ancianos y los jóvenes, facilitará a las nuevas generaciones reconocer y custodiar la memoria, valorando “el don de pertenecer a una historia más grande”, mientras que para los abuelos la presencia de un joven les brindará la esperanza de que todo lo que han vivido no se perderá y que sus sueños pueden realizarse.
Amor
Los abuelos encarnan la paciencia, la ternura, el consejo sabio, la enseñanza que perdura, el refugio y la defensa. Por naturaleza son consentidores y menos exigentes que los padres. Incontables son las memorias que se albergan en el corazón cuyos protagonistas son los nonos, como numerosas son las historias en las que estos hombres y mujeres han sido a la vez abuelos y padres.
Las enseñanzas de los abuelos y adultos mayores llegan a constituir el legado familiar y marcan en no pocas ocasiones, el futuro de la descendencia.
Dalia Pérez tiene siete nietos y a la mayoría ha acompañado en su niñez y adolescencia. Asegura que ser abuela es un privilegio, porque los nietos son la prolongación de los hijos “son una bendición que Dios nos da. Claro que a los hijos se quieren muchísimo, pero a los nietos doblemente. Yo recuerdo la emoción de mi mamá cuando supo que yo tendría mi primer hijo, y después yo la viví cuando llegaron mis nietos”
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La “abiba” como la llaman cariñosamente refiere que todos dicen que los abuelos son consentidores y esto es porque los nietos permiten dar el afecto y la ternura que se guarda en el corazón. Añade que el tenerlos cerca es una alegría incomparable, y cuando están lejos se espera en Dios que ellos sean lo mejor del mundo “ante cualquier cosa que les pase, uno siempre está pendiente y orando por ellos”.
Para Pérez los abuelos son los primeros transmisores de la fe y la mayor muestra de amor, que a pesar que en cualquier momento dejen la vida terrenal para pasar al reino de los cielos, su legado, buenas acciones, y amor perdurará en el tiempo.
Ana Leticia Zambrano