El día internacional de la mujer es una fecha significativa en torno a la participación y avance de la mujer en sectores de desarrollo en todos los ámbitos. El accionar de las mujeres en puntos neurálgicos de la sociedad hace que año tras año se fortifique y su voz, en otrora opacada, sea hoy día una referencia de igualdad y de derechos conquistados.
Cada mujer es un núcleo estable y sólido donde gravita la familia, el trabajo y el medio social donde se desempeña, en el caso de la Iglesia Católica las órdenes de hermanas son pieza fundamental en el desenvolvimiento de ella, situación que se evidencia en el compromiso y empeño con el que realizan cada objetivo previsto.
Hoy día, en el marco de los avances tecnológicos y el fenómeno de la conexión mundial las mujeres sufren los embates de un accionar de vieja data: la trata de blancas, un flagelo que denigra la condición de la mujer y, por ende, del ser humano.
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La lucha en contra de todos los mercaderes viene en todos los sentidos y es así como las servidoras de la Iglesia también se pronuncian y expresan que las libertades ahora son mayores, lo cual hace que el papel de la mujer se consolide en el desarrollo de una sociedad donde la moral y las buenas costumbres sean la premisa no solo con el sexo femenino sino con el masculino.
La hermana María Trinidad Valero, tiene 53 años trabajando por la formación integral de la mujer y forma parte de las Religiosas Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad. Asegura que es pertinente como católicos darle gracias a Dios por el regalo entregado a las mujeres de ser madres espirituales, biológicas, o las dos, como parte un designio santo para la continuidad de la humanidad.
“Día de la mujer para mí son todos, no descarto y se lo merecen pero sin caer en la ingenuidad que hay un día al año para la mujer porque eso es como minimizar el valor real de la mujer”.
Destaca la hermana María Trinidad que todas las virtudes entregadas a la mujer son parte de favor de Dios para que en la tierra construyan y sean piezas importantes en el desarrollo de las sociedades.
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“Darle gracias a Dios porque nos ha dado el don de la vida, el don de la belleza, el don de poder dar vida (…) por eso todas las mujeres deben sentirse felices, deben sentirse capaces de poder generar vida (…) que no las opaque nada, que no las eclipse nada ni nadie para ser madres realizadas, cada una con una vocación distinta”.
Insiste en la lucha que se debe generar para el cuidado de la mujer en todos los sentidos y aduce que, en este momento de transformaciones, es idóneo no dejar pasar que la práctica adversa de la comercialización de la mujer como un objeto es un tópico sobre el cual, además de análisis, se deben tener acciones contundentes para atacar de manera frontal a quienes se nutren de estas acciones.
“La mujer en este momento está sufriendo el flagelo de la explotación (…) no es una novedad ni un secreto que esto es un dragón que se está llevando a la juventud femenina por delante (…) el dragón de la trata y peor todavía cuando a esa trata se le suma la voluntariedad por necesidad de algunas”.
Guerreras
Sor Leidy Mar Ropero, Hija de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, aduce que la mujer en el tiempo de hoy está preparada para todo y esto se demuestra en su actitud ante la vida puesto que la mujer es una guerrera luchadora que no decae ante una situación difícil y se enfrenta a cualquier crisis.
“Dentro de la Iglesia las mujeres somos los pilares fundamentales, ayudamos en diferentes actividades ya sea en colegios, ancianatos, hospitales y en diferentes lugares haciendo nuestro apostolado al servicio de Dios”.
Asevera que desde su posición se está para anunciar y denunciar, y que para nadie es un secreto que hoy día la mujer está siendo maltratada cuando es llevada bajo engaño para ser prostituida entre otras actividades donde se ultraja la integridad del ser humano.
“Nosotras, las que podemos hablamos, (…) yo me siento muy satisfecha porque defender a otras personas que están siendo maltratadas física y verbalmente nos permite decir que todas las mujeres tienen derecho como cualquier persona , no es porque seamos mujeres somos frágiles y sensibles, todos, hombres y mujeres somos frágiles y sensibles”.
Para la hermana el aporte de la mujer a la sociedad en el mundo entero se evidencia en su arduo trabajo que va de la mano de los dones entregados por Dios, los cuales son utilizados para el bienestar general.
Carlos Ramírez