Laura Evangelista Alvarado Cardozo, es hoy día conocida como la Madre María de San José, primogénita de una familia compuesta por cuatro hermanos, nació en Choroní, estado Aragua el 25 de abril de 1875, con una capacidad e inteligencia acompañada de una sencillez y humildad, fue trasladada por sus padres a la ciudad de Maracay para recibir educación, convirtiéndose en un alumna ejemplar.
Hija del coronel Clemente Alvarado y de Margarita Cardozo, desde muy niña se caracterizó por su ferviente vocación a Cristo y la eucaristía, heredados de su mamá, que la acompañaron en todas las campañas emprendidas para la evangelización y protección de los jóvenes de la época.
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“A los 13 años de edad, el 8 de diciembre de 1888, recibe su primera comunión, haciendo sus primeros votos. Desde aquel entonces comenzaría su vida religiosa. Antes de cumplir 18 años, se dedicó a la preparación de chicos y chicas que iban a realizar su primera comunión. En 1892, a los 17 años, le imponen el santo escapulario de la Virgen del Carmen. Luego en 1893, junto al sacerdote Justo Vicente López Aveledo funda la Sociedad de las Hijas de María y Laura pasa a formar parte de ella, renovando así sus primeros votos”.
El voluntariado fue una de las marcas significativas de la madre, se apostaba en los hospitales, una actividad que realizó toda su vida, para dar atención a los necesitados y ser apoyo en los momentos más aciagos de los seres humanos.
“Hacia 1897 1898 empezó a trabajar voluntariamente como hermana hospitalaria en el Hospital San José en Maracay que había sido fundado por un presbítero llamado Vicente López. La joven tenía entonces 22 años de edad, dedicada inicialmente a atender pacientes con gripe española. De ahí en adelante, asesorada por su director espiritual el padre López Aveledo, se dedicará al servicio de los más pobres. Próxima a cumplir sus 24 años, en 1899, Laura recibe del padre López la dirección y administración del hospital”.
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La vida de ayuda y amor por el prójimo se diseminó por varios estados de Venezuela, siempre con la convicción de querer a Dios y a la iglesia por encima de todo. La madre María de San José, luego de 91 años de trabajo arduo se fue al encuentro del señor el 2 abril de 1967, su cuerpo impoluto se encuentra en un santuario dedicado especialmente a ella.
“El proceso de su beatificación comenzó en 1978. En 1982, ocurre la curación de la hermana Teresa Silva, inválida por una penosa enfermedad, a quien la Madre le había profetizado su curación años antes. Este milagro fue aprobado por decreto papal de Juan Pablo II en 1993. En 1994, es trasladado su cuerpo incorrupto al sarcófago de cristal para la veneración de sus hijas espirituales y fieles. El 7 de mayo de 1995 fue celebrada en la Ciudad del Vaticano la ceremonia de su beatificación”.
Carlos A. Ramírez B.