«Todos nosotros necesitamos que el Espíritu nos dé armonía en nuestras almas, en la familia, en la ciudad, en la sociedad, en el trabajo. Lo contrario de la armonía es la guerra, es luchar unos contra otros», afirmó el Papa Francisco en su homilía improvisada durante la santa misa en el estadio Bentegodi de Verona, dejando de lado el texto que había preparado para la ocasión.
En la vigilia de Pentecostés, el Pontífice presidió una eucaristía en la que participaron unas 32.000 personas, marcando la última etapa de su visita a la ciudad italiana, que comenzó a las 8:30 de la mañana con el encuentro con los consagrados y los sacerdotes. Bergoglio realizó un amplio recorrido por el predio, saludando y bendiciendo a los presentes de todas las edades y realidades de la Iglesia local.
Via @Vatican News