El pasado artículo sobre la formación de la identidad de la Clase Dirigente para la acción política, define algunos principios claves, que permiten formar de acuerdo a las necesidades que el Táchira y Venezuela están ameritando. A continuación, deseo presentar algunos objetivos claros que desde la dignidad humana y el bien común pueden tenerse en cuenta.
Encuentro
El primer objetivo es motivar el encuentro con la persona de Jesús y las enseñanzas de la Iglesia basadas en el humanismo cristiano, profundizando el pensamiento político formando la auto/consciencia del discípulo misionero que busca el bien común, creando oportunidades para todos, luchando contra la corrupción y el autoritarismo, promoviendo la cultura de la responsabilidad social, para tener dirigentes capaces de suscitar una mayor implicación y participación democrática de personas, cuerpos intermedios y fuerzas sociales en la reconstrucción del Táchira y Venezuela.
Amistad social
El segundo objetivo, es integrar la amistad social dentro de las comunidades populares, creando lugares de encuentro que ayuden a construir pueblos. El encuentro indica colocarnos en camino formativo en la familia, las parroquias, las pequeñas y nuevas comunidades, movimientos eclesiales, seminarios y centrosde educación católica.
Centros de formación
El tercer objetivo, es acompañar los centros de formación política, con la ética de virtudes públicas y privadas desde la vivencia de las virtudes cristianas. Las universidades católicas deben convertirse en pilares de formación de la Clase Dirigente, no reducida al ámbito ideológico, sino basada en la cultura democrática que forma “Sujeto Social”, creando identidad política desde la Doctrina Social de la Iglesia, mediante el discernimiento de lo que se debe hacer “aquí y ahora”. Este acompañamiento tiene como eje vertebrador la virtud de la justicia y la verdad.
Sujeto Social
El cuarto objetivo, es formar al “Sujeto Social” desde la teología del Pueblo para crear comunidades discípulas misioneras. La Doctrina Social de la Iglesia es la conciencia teórica de un movimiento práctico de la historia, reconociendo que ella nace de los cristianos en movimiento, es claro que no puede ser entendida sin un sujeto que la realice, es más ella indica, como un Pueblo puede llegar a ser “Sujeto Social” y allí es necesaria la teología del Pueblo, no separada del hombre, sino encarnada en la vida Principio de Encarnación. De allí que la política tenga un rostro laical, donde los pastores forman la conciencia e identidad del discípulo misionero, que formando comunidad actué al interno de las estructuras.
Primacía de la Gracia
El quinto objetivo es proyectar la primacía de la Gracia en las estructuras polifónicas de partidos políticos, con la visión de una pastoral política que lleve a la santidad y la paz. No es suficiente la confesión retórica de la doctrina, es necesario un acompañamiento pastoral permanente, que exprese la gratuidad de la vida de Dios en el hombre.
Nuestra fortaleza es la presencia del Señor: La GRACIA. Esto ayuda a la refundación de una democracia más madura en el Táchira y Venezuela, donde la inclusión y participación popular se mueven por valores presentes en la Tradición cristiana. La Iglesia no se cansará de insistir que una misma fe puede dar lugar a diversos compromisos políticos donde se construya el Reino de Dios en las estructuras temporales, para así proyectar la vocación a la santidad en la política que busque la construcción de la paz, encontrando espacios formales de diálogo y cooperación política en la realidad social venezolana.
Confiamos que estos objetivos sean asumidos por quienes tienen la responsabilidad de educar conciencias, crear comunidades, formar el sujeto social y dirigir estructuras sociopolíticas que ayuden a construir un mejor estado y país.
Pbro. Jhonny Zambrano