Esa fue la frase que el domingo el obispo de Tibú, Omar Alberto Sánchez Cubillos, le dijo a los sacerdotes que están bajo su cobijo en esta población del Catatumbo, y que, según el padre Víctor Hugo Peña, párroco de la iglesia Torcoroma y delegado de la pastoral de víctimas de la Diócesis, a monseñor se le quebró la voz al decirla.
“Y es que al obispo como a nosotros nos duele que acá en Tibú estén matando y ninguna autoridad sea capaz de hacer algo para evitarlo y lo peor es que no sabemos quiénes o qué grupo están detrás de eso”, aseguró el padre Víctor Hugo durante el sermón en la misa que ofreció por el alma de Bernardo Betancurt, candidato a la Alcaldía de esa localidad del Catatumbo, asesinado ayer en la mañana en el corregimiento La Gabarra.
Añadió: “El asesinato de Bernardo es el ‘florero de Llorente’. Acá no podemos permitir que estos homicidios sigan. El obispo oficiará hoy una misa y todos vamos a ir de negro, con el clériman negra, acá ya vimos que el blanco de esperanza no funciona, también le decimos a la comunidad y comerciantes que nos acompañen y en solidaridad cierren sus negocios. Todos debemos unirnos”.
En las palabras del sacerdote se podía escuchar el dolor y la rabia por el asesinato del candidato a la Alcaldía, porque según él, lo alcanzó a saludar antes de que la tragedia se diera. Además, aseguró que en Tibú matan a cualquier persona y las autoridades no investigan ni hacen nada.
En la misa oficiada por Betancur también se pudo ver al alcalde de Tibú, Jesús Alberto Escalante, quien señaló que la inseguridad y violencia del municipio es muy preocupante y que ayer, horas después del crimen del aspirante al primer cargo municipal, se llevó a cabo un consejo de seguridad, donde se plantearon unas estrategias.
Pero hay líderes comunales que señalaron que esos consejos no sirven de nada, porque en el municipio la Policía y el Ejército están de adorno.
“En Tibú matan y matan y nadie hace algo. Acá tenemos el comando de la Vulcano (Ejército) y del distrito de la Policía para qué, ni ellos pueden salir seguros, porque saben que si dan papaya los matan. Los grupos armados imponen su ley”, señaló el líder social, bajo el anonimato por el miedo que siente.
Al final de la misa, el padre Víctor Hugo volvió a pedir mayor unión entre la comunidad para evitar que se sigan presentando asesinatos. Además, permitió que el alcalde Jesús Escalante y un amigo personal y compañero de lucha política de Betancurt se dirigiera hacia las más de 100 personas que estuvieron en el acto litúrgico, muchos de ellos con bombas azules y blancas. (La Opinión)