San Gregorio Magno nació en Roma, Italia, en el año 540, proveniente de una familia próspera y distinguida, ya en su familia estaba la presencia de importantes representantes de la iglesia y del amor a Dios. Dos papas lo precedían, Félix III (483-492), quien se cree fue su bisabuelo y Agapito I (535-536) un pariente lejano.
“Gregorio comienza su formación cultural. No sobresale en la literatura, pero sí en los estudios jurídicos, donde encuentra una magnífica preparación para sus futuras actividades. Terminada su carrera de Derecho, acepta del emperador Justino II el cargo de prefecto de Roma, con todas las funciones administrativas y judiciales”
El transcurrir de los años generó en el santo otras inquietudes, de allí, que se retira de su profesión que le instauró disciplina, orden y planificación para dedicarse a la vida monástica, con ello, vino implícito un cambio que se gestó con la donación de sus bienes propios y heredados a los más vulnerables y transformó su casa paterna en un monasterio dedicado a san Andrés.
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“Construyó varios monasterios en Roma y se retiró al Monte Celio y se entregó a la oración y al estudio de la Sagrada Escritura y de los Padres de la Iglesia (…) fue ordenado diácono y en 578 el Papa Benedicto I lo ordenó presbítero (…) fungió como Nuncio en Constantinopla entre 579 y 586. Tres años después fue elegido Papa, misión en que se distinguió por su oratoria, política tolerante, administración atinada, interés misionero en Inglaterra y España y tacto en la reforma del clero y la liturgia”.
Luego que la epidemia del año 590 cobrara la vida del Papa Pelagio, el pueblo, la ver que era un hombre capaz y entregado a Dios lo nombra nuevo Pontífice, una tarea, que desde el mismo instante que ostentó cumplió a cabalidad con nuevas normativas basadas en la catequesis y las funciones de sacerdotes y diáconos.
“Pero su verdadera obra se proyecta en otras direcciones. Se le venera como el cuarto Doctor de la Iglesia Latina, por haber dado una clara expresión a ciertas doctrinas religiosas que aún no habían sido bien definidas y quizá su mayor labor fue el fortalecimiento de la Sede”.
El santo Papa murió el 12 de marzo del año 604 en su epitafio se le catalogó Cónsul de Dios, fue declarado doctor de la Iglesia por Bonifacio VIII el 20 de septiembre de 1295 y hoy día representa uno de los cuatro grandes Padres de la Iglesia occidental, junto con Jerónimo de Estridón, Agustín de Hipona y Ambrosio de Milán.
Carlos A. Ramírez B.