El 8 de septiembre de 1651, la Santísima Virgen María se apareció al cacique Coromoto y a su mujer en tierras del actual estado Portuguesa. Les pidió que buscaran a los blancos y se bautizaran para poder ir al cielo. Un año más tarde, la Madre Celestial se presentó de nuevo al aborigen, quien se abalanzó sobre ella con intención de atacarla, pero ella desapareció dejando en su mano una pequeña estampa grabada con su imagen, la que hoy día se venera en la advocación de Nuestra Señora de Coromoto, patrona de Venezuela.
Con motivo de esta solemnidad que litúrgicamente se festeja el día 11 de septiembre, el párroco de la iglesia Nuestra Señora de Coromoto, en San Cristóbal, presbítero Victoriano Ramírez, ofreció una reflexión sobre el llamado que hace la madre de nuestro señor Jesucristo a los venezolanos y los plantea como desafíos, que parten de los hechos narrados en la aparición.
“Esta celebración nos tiene que invitar a asumir algunos desafíos que nuestra madre santísima nos deja a cada uno de nosotros, a nuestras familias y a todo el pueblo venezolano. En esta oportunidad quisiera mencionar cuatro retos: en primer lugar, asumir la misión personal que llevamos como bautizados, en segundo lugar, honrar cada día más a nuestra madre santísima. El tercer desafío, es reconstruir nuestras familias y el cuarto es, ser constructores del reino de Dios en nuestra patria Venezuela”.
Lea también: Papa Francisco: Un pueblo que enseña a sonreír a sus niños es un pueblo con futuro
El párroco de la iglesia de Coromoto explicó cada uno de estos planteamientos, señalando que ellos cobran vigencia particularmente en las circunstancias que vive la nación, resaltando la necesidad de pedirle a la Virgen que ayude a sus hijos a buscar y a hacer la voluntad de Dios.
Bautizados
La petición de María al cacique y a su esposa fue que se bautizaran. El padre Victoriano explica que el primer desafío es que este sacramento, por el cual se adquiere la condición y dignidad de hijos de Dios, se valore y se honre llevando adelante la misión como discípulo de Cristo.
“El sacramento del bautismo es el punto de partida de la vocación que cada uno de nosotros tenemos que llevar siempre adelante. Por eso no podemos ver el bautismo como un acontecimiento social, sino como el momento de la iniciación de la vida cristiana sabiendo que desde allí contamos con la acción del Espíritu Santo que es el que va obrando en cada uno de nosotros”.
Le puede interesar: Parroquia Nuestra Señora de Lourdes en Aguas Calientes celebró su 30 aniversario
Expone que las dificultades que se viven como sociedad son la consecuencia de ignorar o de olvidar que los bautizados estamos llamados a vivir y a transmitir la fe, la esperanza y la caridad. “Por eso debemos pedirle a la santísima Virgen María que nos ayude a seguir verdaderamente con convicción, con coraje lo que debemos desempeñar como discípulos del Señor, como miembros del pueblo de Dios”.
Honrar a María
La santísima Virgen dejó en la mano del cacique la reliquia. “Ella se quedó, se encarnó en nuestro pueblo venezolano para acompañarnos, para enseñarnos a estar siempre adelante confiando en su hijo Jesús” expresó el Padre Victoriano.
El sacerdote señala que ese gesto de la santísima Virgen debe llevar a los creyentes a venerarla y honrarla. Y la forma de hacerlo es precisamente la de cumplir la voluntad de Dios. Obedecer a la madre que pide “hagan lo que Él les diga”, con la plena confianza en su intercesión y auxilio.
“María siempre está atenta a nuestras súplicas, es fundamental que nosotros crezcamos cada día en la devoción a la santísima Virgen en la plegaria como Iglesia, como comunidad cristiana, para que ella nos siga dando a cada uno de nosotros esa perseverancia en la escucha y puesta en práctica de la palabra de su hijo Jesús”.
Familia
En sus apariciones, Nuestra Señora de Coromoto se hizo presente ante la familia. El padre Victoriano explica que este hecho marca un tercer desafío de nuestra señora, tal es reconocer el gran valor que tiene la familia como célula fundamental de la sociedad y como iglesia doméstica, y por ello la necesidad de protegerla.
“No podemos dejar que ideologías que se van metiendo, que van apareciendo, echen a perder el plan de Dios. En este momento, más que nunca, necesitamos ver la realidad de nuestras familias venezolanas que necesitan ser reconfortadas y reconstruidas a través del amor, de la acción del Espíritu Santo y de la presencia de la santísima Virgen María”.
Edificar el Reino
El cuarto desafío que propone el párroco de la iglesia Coromoto es el de ser constructores del reino de Dios en nuestra patria imitando a María quien, con su sí, se unió al plan de la salvación.
“Siguiendo el ejemplo de María, tenemos que ser constructores de la civilización del amor. Hoy, cuando hay tantas dificultades, nosotros tenemos que dirigir la mirada a la santísima Virgen María y con ella tomar el impulso necesario para ser constructores del reino de Dios, recordando que cabemos todos en este terruño tan hermoso que Dios nos ha dado, que en un verdadero cristiano no puede haber espacio para la discriminación ni para la división porque somos hermanos, hijos del mismo padre y tenemos una misma madre espiritual que siempre está intercediendo por nosotros, por su pueblo”.
A modo de conclusión, el presbítero recuerda que María en la advocación de Coromoto ha estado siempre presente en los diferentes acontecimientos de la patria venezolana, por ello hay que perseverar en la esperanza y encaminar las acciones para hacer de esta tierra una nación verdaderamente mariana y centrada en su hijo Jesucristo.
“Que cada vez que participemos en la eucaristía dejemos que ese regalo maravilloso que viene de lo alto, transforme nuestra vida y nos ayude a configurarnos más y más con Jesús, señor de la historia”, agregó.
Ana Leticia Zambrano