Ubicada en la urbanización Torbes, en San Cristóbal, la Escuela Nacional de Danza Táchira es producto de la iniciativa del bailarín tachirense Rodolfo Varela (1944-2021), quien en 1978 se instaló contundentemente en esa infraestructura, llamando la atención de las autoridades para emprender allí la formación artística. Su firmeza y perseverancia dieron como resultado la aprobación y creación del Centro Piloto de Danza de San Cristóbal que inició actividad bajo su conducción.
El 5 de septiembre de 1981, el Centro Piloto pasó a ser Escuela Nacional de Danza, siendo su primer director el maestro Luis Sánchez (+). En adelante, con la valiosa intervención de destacados maestros del arte del movimiento y con la voluntad de todos quienes se han enamorado de la labor que se lleva en el “viejo edificio” –como emotivamente le dicen a la sede de la Escuela- cientos de artistas se han acreditado, y con su desempeño han confirmado a Endanza como un referente de esta disciplina en el estado.
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Adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Cultura, la institución celebra 43 años de trayectoria ininterrumpida formando generaciones de bailarines intérpretes que han dejado en alto el nombre del estado en Venezuela y el mundo, y que reconocen en su casa de formación, el semillero de la danza tachirense.
Pilares
Sabrina Flores directora de la institución señala que la Escuela lleva adelante sus objetivos ejecutando una malla curricular de ocho años, cinco de componente general y tres de especialidad en Danza Clásica, Danza Contemporánea o Danza Tradicional. Desde el año 2015, la Universidad Nacional Experimental de las Artes, UNEARTE, convalida los estudios de las escuelas y centros de formación cultural del MPPC, confiriendo el grado de Técnico Superior Universitario e invitando a proseguir estudios de licenciatura.
Afirma que la Escuela es un espacio para que los niños, niñas y adolescentes tengan la oportunidad de instruirse bajo un enfoque integral, que les ayuda en su técnica, pero también en su crecimiento personal. En este sentido, la disciplina y el trabajo en equipo son columnas que sustentan la formación de los bailarines.
La directora expresa que, al arribar a 43 años, Endanza Táchira celebra un logro importante como es el de hacer entender que la institución no se limita a una actividad complementaria de la escolaridad, sino que crea, en primer lugar, un vínculo emocional y segundo, concientiza que la disciplina de la danza puede ser un modo de vida.
Camino
Durante más de cuatro décadas la Escuela ha respondido a las necesidades de los tiempos. Su acción se extiende también a artistas, profesionales y maestros que convergen en ella para compartir y proyectar la riqueza del arte del movimiento.
La resiliencia también es un valor que representa a la Escuela, pues en momentos críticos ha logrado resistir, renovarse y elevar la motivación y la acción. Muestra de ello fue la realización de la gala virtual “La danza llama” en el año 2021, una producción que se sobrepuso a la circunstancia de pandemia, logrando la participación de todas las alumnas de la institución. Grabada en cuatro días en las instalaciones del teatro Luis Gilberto Mendoza de San Cristóbal, en coproducción con Sosballet, fue editada y presentada en línea el 25 de junio de ese mismo año.
Personajes
Sabrina Flores señala que son muchas las personas que han aportado a la Escuela. “Sería injusto mencionar a unos y a otros no, sin embargo, es oportuno recordar a los maestros Rodolfo Varela y Luis Sánchez, quienes cristalizaron el proyecto de la Escuela. Posteriormente el maestro Gustavo Silva, la maestra Cristina Pereira, César Gámez, Esperanza Piazzola, Rosario Pérez. También la colaboración de maestros como Maritza Ruiz, Luis Rodríguez, Rubén Darío Álvarez, entre otros.
El aniversario de Endanza también es propicio para mencionar la trayectoria de uno de sus maestros, quien ha compartido al menos 40 años de la historia de Endanza: Wilfredo Terán.
“Comencé a colaborar en la Escuela en el área de Danza Tradicional con la profesora Rosario Pérez, bailando. Luego ingresé como docente asistente del profesor César Gámez y desde entonces siempre he estado aquí”. Asegura que Endanza es todo para su vida profesional: “Esta institución me abrió las puertas, después de la profesora Maritza Ruiz en Danzas ULA”.
Terán comparte en septiembre el arribar a cuatro décadas de vida artística. “La danza me ha permitido conocer a muchas personas, recorrer mi país, viajar y representar a Venezuela. Mi condición de vida y de salud, se la debo a la danza”.
Por su parte, la bailarina y maestra, Maritza Ruiz, se refiere a su alumno y compañero con estas palabras: “Hablar de Wilfredo Terán es hablar de lealtad, honestidad, cariño. Deseo que tenga mucha salud para que continúe con esa labor que realiza en el bellísimo arte de la danza”.
Gisela Jackson, actual coordinadora administrativa, fue directora de la Escuela en los períodos 2005-2011 y 2018-2020. Expresa que la institución se ha fortalecido en su trayectoria y sigue consolidándose. “Endanza es un lugar fabuloso, de imaginación, de felicidad, un lugar excelente para trabajar”.
Proyectos
La Escuela Nacional de Danza se prepara para el inicio del año escolar 2024-2025 con una proyección de matrícula de 170 alumnos. En el ámbito institucional, la directora señala que se aspira lograr que la Escuela pueda albergar una extensión de la UNEARTE para que los egresados puedan realizar la prosecución de estudios sin tener que irse del estado. También, consolidar la imagen del bailarín y el artista en general como un profesional que aporta una parte muy importante al mundo, como es el bienestar espiritual y personal.
Ana Leticia Zambrano