En su primer día en la Diócesis de San Cristóbal, Mons. Alberto Ortega, Nuncio Apostólico en Venezuela, presidió la Santa Misa en la Basílica de Nuestra Señora de La Consolación, como una ofrenda especial a “La flor más bella de Los Andes”. En esta ocasión, estuvieron presentes Mons. Mario Moronta y Mons. Juan Alberto Ayala, junto a fieles devotos.
Lea también: Nuncio Apostólico Monseñor Alberto Ortega Martín ya está en el Táchira
Al inicio de la Santa Misa, Mons. Ortega expresó su alegría de “traer el saludo y la cercanía del Papa Francisco, quien se encuentra celebrando la asamblea de los obispos en el Sínodo de la Sinodalidad”.
En su homilía, el Nuncio recordó el verdadero sentido de la misión, recordando que es Dios quien otorga la gracia para anunciar a Jesucristo, y que esta misión es propia de la Iglesia. Citó las palabras del Papa Francisco en Bruselas, reiterando que, “por la gracia del bautismo, todos tenemos el deber de anunciar a Jesucristo, no por nuestros méritos, sino porque Él lo desea”.
Mons. Ortega enfatizó que “todos necesitamos conversión y estar cerca del Señor para llevar adelante la misión de la Iglesia, recordando que solo podremos hacerlo si estamos unidos al Señor en oración”. Insistió en que, sin amor, las obras más importantes de la Iglesia serán estériles.
Al finalizar la celebración, el Nuncio recibió un obsequio de la Basílica, una imagen del retablo de Nuestra Señora de La Consolación, gesto que recibió con gratitud.
Está pautado en la agenda de su visita que, para este jueves 10 de octubre, visite las instalaciones de la Universidad Católica del Táchira y sostenga un encuentro con las hermanas Carmelitas Descalzas en Rubio.
PrensaDiocesisSC