El Papa Francisco pidió en un mensaje al Foro Económico Mundial que los gobiernos y las empresas incrementen los sistemas de “vigilancia” y “diligencia debida” para las aplicaciones de inteligencia artificial (IA).
“Para navegar por las complejidades de la IA, los gobiernos y las empresas deben actuar con la debida diligencia y vigilancia. Deben evaluar críticamente las aplicaciones individuales de la IA en contextos particulares para determinar si su uso promueve la dignidad humana, la vocación de la persona humana y el bien común”, aseguró el Pontífice a la cita económica que arrancó en la ciudad suiza de Davos el 20 de enero.
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El tema de la reunión anual del Foro Económico Mundial de este año es “Colaboración para la era inteligente”.
El Santo Padre remarcó los peligros que pueden derivarse del uso de estas tecnologías si no hay una regulación específica. Así, denunció el riesgo de que la IA se utilice para hacer avanzar el “paradigma tecnocrático” lo que provocaría que la dignidad humana y la fraternidad se subordinen “a la búsqueda de la eficiencia, como si la realidad, la bondad y la verdad emanaran inherentemente del poder tecnológico y económico”.
Sin embargo, apuntó a que la dignidad humana “nunca debe violarse en aras de la eficacia”. “Los avances tecnológicos que no mejoran la vida de todos, sino que crean o empeoran las desigualdades y los conflictos, no pueden llamarse verdadero progreso”, consideró.
En un mensaje escrito originalmente en inglés, difundido por la Oficina de Prensa del Vaticano, el Papa Francisco insistió también en la necesidad de dar respuestas adecuadas “a todos los niveles de la sociedad, de acuerdo con el principio de subsidiariedad”, desde los individuos a las organizaciones internacionales, “para garantizar que la IA se dirige al bien de todos”.
“En la actualidad, existen importantes retos y oportunidades cuando la IA se sitúa en un marco de inteligencia relacional, en el que todos comparten la responsabilidad del bienestar integral de los demás”, indicó.
Asimismo, en su mensaje dirigido a los líderes políticos y económicos reunidos hasta este viernes, advirtió de que a partir de la IA se generan “nuevos artefactos con un nivel de destreza y una velocidad que a menudo rivalizan o superan las capacidades humanas, suscitando preocupaciones críticas sobre su impacto en el papel de la humanidad en el mundo”.
Y añadió: “Los resultados que puede producir la IA son casi indistinguibles de los de los seres humanos, lo que plantea interrogantes sobre su efecto en la creciente crisis de la verdad en el foro público”.
En todo caso, manifestó que la Iglesia Católica siempre ha sido “protagonista y partidaria del avance de la ciencia, la tecnología, las artes y otras formas de esfuerzo humano”.
“Cuando se utiliza correctamente, la IA ayuda a la persona humana a realizar su vocación, su libertad y su responsabilidad”, concluyó.
Fuente Vatican News