Desde el año 1955, la Federación Médica Venezolana tomó la decisión de honrar la memoria del venezolano José María Vargas en el día de su natalicio, y es por ello que el 10 de marzo se celebra el día del Médico en Venezuela.
Incontables son las noticias sobre las limitaciones para el ejercicio de la medicina debido a la precariedad de la salud pública y a los bajos salarios. Pero aún en medio de ello es posible detenerse para valorar y agradecer la labor de los profesionales de la salud.
Gustavo Uribe, médico especialista en traumatología, presidente del Colegio de Médicos del estado Táchira tiene 40 años de labor. Conversó con Diario Católico sobre el ejercicio profesional en Venezuela desde una óptica alentadora.
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“El médico venezolano siempre ha tenido como una impronta hacer el bien y no esperar mucho a cambio. Es sacrificado el ejercicio de la profesión y el que estudia esto, sabe que es así. La formación no es fácil, requiere mucho tesón, y el renombre de un médico se gana con el tiempo, no de la noche a la mañana. Esa es la trayectoria”.
Ante el planteamiento sobre la positiva impresión que han dado los médicos venezolanos en el exterior, no solo por su preparación y desempeño, sino por su actitud, el galeno sostiene que es una cualidad aprendida en el camino, que se ha hecho legado.

“Las escuelas de medicina enseñan eso indirectamente, es un legado, no de asignatura o de unidades de crédito, sino como parte del ejercicio, viene inmerso y nos enorgullece que se reconozcan esas cualidades (…) La Escuela de Salud Pública indica que el 80% de las enfermedades son psicosomáticas, y si usted puede ayudar en ese aspecto, oyendo al paciente, conversando, es satisfactorio”.
Cresta de la ola
Uribe considera que, a pesar de la condición de país y de las limitaciones, en Venezuela hay muchos equipos médicos y la disposición de los profesionales de revisarse y actualizarse para ofrecer alternativas y respuestas a los pacientes.
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“No dejamos de estudiar y el médico venezolano se caracteriza por el uso de las tecnologías de información, en eso estamos en la cresta de la ola, en estar al día en lo que se está realizando en el resto del mundo. No estamos en minusvalía, no nos quedamos en antaño, sino siempre a la vanguardia, vemos avances y nos gusta hacer las cosas bien”.

En este orden, expresa que el reto de los médicos es perseverar en el estudio y en prestar el servicio; esto se reafirma como parte de los aprendizajes de situaciones excepcionales. “Siempre hemos tenido escollos en el ejercicio de la medicina, no ha sido fácil. Con la pandemia se vio que los sistemas de salud en muchos países no dieron la talla y como lección, siempre queda repensar y seguir estudiando”.
Al preguntarle ¿qué se siente celebrar el día del médico?, responde “se siente bonito” y ¿volvería a estudiar medicina?: “claro que sí, esto es lo que hago”; acto seguido, antes de tomar la foto, debió enjugar unas lágrimas.
Ana Leticia Zambrano