Como todos sabemos, ni los títulos obtenidos, ni el alto número de amigos, ni la cantidad de bienes, ni las más altas distinciones de honor o el elevado estatus profesional o social puede colmar el vacío interior, que muchas veces he encontrado en tantas personas que escucho en conversaciones ocasionales o de dirección espiritual.
Las preguntas que se hace el ser humano sobre quién es y qué quiere con su vida, traspasan los estratos sociales, los posibles niveles de formación, la diversidad de cultura, de edad y pertenencia a un lugar, incluso quien posee muchos bienes y tiene muchos cargos y puede creerse un ganador. Estos cuestionamientos que no encuentran respuestas en estos ámbitos de la vida del ser humano, echan todo abajo.
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Si bien es cierto, que todos estos elementos resultan sugestivos, como posibles símbolos de autoestima y plenitud de vida, riqueza, poder y popularidad, siendo aparentemente signos de grandeza del ser humano, pero donde luego de un proceso reflexivo y de discernimiento realmente desvanecen a la persona en una profunda tristeza y dudas sobre el valor de sí mismos.
El brillo de estos bienes, lejos de garantizar estima, llevan fácilmente a la esclavitud de elementos externos y contingentes que serán parciales, presas de caprichos, hundidos en apegos que pueden perderse; generando en cada persona una continua ansiedad e inseguridad. Todo esto se debe a que esos elementos son factores externos y no pueden estar bajo el control total, es un control limitado. Por tanto, seremos lo que el mundo nos da.
Por consiguiente, estimarse no significa ocultar la fragilidad, la inseguridad e incluso el fracaso, por el contrario, el equívoco modo de comprenderlo lleva al vano y desesperado intento de disimularlo con las máscaras que nos vamos colocando en nuestra vida.
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Por ello, la fragilidad no puede excluir la estima, ya que forma parte del hombre y la mujer, es esa sombra que lo acompaña, de la cual no puede huir y que puede ser integrada desde una dimensión espiritual. En los próximos artículos, profundizaremos y daremos herramientas para el desarrollo y crecimiento personal desde una auténtica espiritualidad encarnada.
Pbro. Jhonny Zambrano