Mientras el número de fallecidos por las inundaciones en el centro de Texas asciende a 82, el arzobispo Gustavo García-Siller de San Antonio visitó una iglesia católica que brinda atención y asistencia a los afectados.
Se han confirmado 82 muertes a causa del desastre en la ciudad de Kerrville, y otras 41 personas permanecen desaparecidas.
Hasta ahora, el número de víctimas mortales en el condado de Kerr, en el estado de Texas, incluye a 28 niños, y se espera que aumente debido a que aún hay personas desaparecidas. Diez de las víctimas eran parte de un campamento cristiano para niñas, junto con su monitora.
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La tragedia ocurrió el viernes 4 de julio, cuando el río Guadalupe, desbordado por lluvias torrenciales, subió de manera inédita ocho metros en apenas 45 minutos, se salió de su cauce y arrasó con los campistas que dormían y con personas que celebraban el Día de la Independencia en casas rodantes, las cuales fueron arrastradas por el agua.
Los meteorólogos advierten que se esperan más tormentas en las próximas 36 horas.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, aseguró que la operación de búsqueda y rescate a gran escala no se detendrá hasta que todas las personas afectadas sean localizadas y contabilizadas.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una legislación que permite a la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) reforzar los esfuerzos de rescate.
Con información de Vatican News