A los pies de Nuestra Señora de la Consolación, monseñor Lisandro Rivas, obispo de la Diócesis de San Cristóbal, erigió el Templo Parroquial de San José en Santuario Eucarístico Diocesano de Adoración y Reparación, cuyo fin tendrá tres vertientes, la primera, la adoración permanente del Santísimo Sacramento, la segunda, ofrecer de manera continua el sacramento de la penitencia y, la tercera, impulsar todo lo concerniente a la caridad como premisa inconmovible de la Iglesia Local.
El pastor diocesano, como parte de su devoción mariana, tomó este día como una ofrenda a la madre de Dios, en la advocación de Nuestra Señora de La Consolación, para dejar testimonio de la necesidad de atender y potenciar la misión evangelizadora de la Iglesia además de su renovación espiritual y pastoral.
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“Hay que reconocer la ciudad, nuestra ciudad episcopal de San Cristóbal, como un lugar donde Dios se nos revela y donde Él habita (…) es necesario erigir en el centro de la ciudad un espacio sagrado propiciatorio en la cual la gracia Divina nos sea más favorable y donde cada hijo de Dios pueda acudir no solo para hallar gracia y preservar el camino de la conversión sino también como decía el papa Francisco para encontrar un momento de descanso, de silencio y de contemplación en medio de la vida, a menudo frenética, de nuestros días”.

Continuó monseñor Rivas aseverando que este accionar responde al constante pedido que se hace a los obispos de promover la práctica de la adoración perpetua al Santísimo Sacramento. Esta invitación de la Iglesia es dirigida a quienes son pastores y se centra en la propuesta presentada en la Congregación para el Culto Divino en la instrucción Redemptionis Sacramentum que expresa que es “muy recomendable que en las ciudades o en los núcleos urbanos, al menos en los mayores, el Obispo diocesano designe una iglesia para la adoración perpetua”.

El obispo de la Diócesis de San Cristóbal destacó que el Santuario será un lugar de oración incesante y “confiadamente por el aumento de las vocaciones sacerdotes y por la santificación de los sacerdotes en obediencia a la invitación del Señor”, sumado a ello, se prevé “redescubrir e impulsar la oración de adoración eucarística y su vinculación con el espíritu cristiano de la reparación o expiación de los pecados”.

Para culminar llamó a todo el pueblo de Dios a ser partícipes de las propuestas de oración, reparación y caridad que desde el seno del Santuario se generen en beneficio de los pobladores de San Cristóbal y todos los municipios foráneos donde está presente la Diócesis.




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