Actuar con el estilo de cercanía, compasión y ternura de Dios, ayudando a quienes llegan a Estados Unidos en busca de una nueva oportunidad y a seguir construyendo puentes entre naciones, culturas y pueblos.
Este es el mensaje central del Papa León XIV, del 4 de octubre, enviado con motivo de la 115.ª reunión anual de la red Catholic Charities USA, celebrada en San Juan, Puerto Rico, con una asistencia de aproximadamente 600 personas.
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La red, que el año pasado ayudó a más de 15 millones de personas necesitadas, fue fundada en 1910 y está compuesta por 168 agencias independientes comprometidas a brindar alimento, refugio, atención médica, asistencia legal y —escribe el Pontífice— muchas otras obras de bondad.
El estilo de Dios
Papa recuerda que el encuentro se celebra durante el Jubileo de la Esperanza, que el Papa Francisco, en la Bula de Invocación del Año Santo, define como «el deseo y la expectativa del bien, aun sin saber qué nos deparará el mañana». León XIV insta entonces a las organizaciones de Catholic Charities USA a convertirse en «agentes de esperanza» para los millones de personas que acuden a la Iglesia en Estados Unidos en busca de ayuda. Entre ellas, se encuentran las más vulnerables, migrantes y refugiados que «no pueden contar con sus propios recursos y deben depender de Dios y de la bondad de los demás. De muchas maneras», subraya el Papa, «vuestro ministerio hace concreta la providencia del Señor para ellos». Este enfoque, el propio Papa Francisco lo definió como el «estilo» de Dios, hecho de cercanía, compasión y ternura.
Misioneros de la Esperanza
Más allá de las necesidades concretas, el Pontífice se centra en la riqueza que aportan los migrantes como «testigos de esperanza», ya que no solo demuestran confianza en Dios, sino también resiliencia al tener que superar a menudo numerosos obstáculos durante su camino. «En particular», añade, «los migrantes y refugiados católicos se han convertido en misioneros de esperanza en muchas naciones», dejando como legado «una fe viva y devociones populares que a menudo revitalizan las parroquias que los acogen».
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