La veneración a la Santísima Virgen María en la Iglesia Católica, contempla cuatro dogmas o verdades de fe que, declaradas por el Magisterio, proclaman y honran todos los bautizados. Estas verdades son: su Maternidad Divina, su Perpetua Virginidad, su Inmaculada Concepción y su Asunción en cuerpo y alma al cielo.
El 8 de diciembre se celebra la fiesta de la Inmaculada Concepción de María. Este dogma proclama que la Madre de Nuestro Señor Jesucristo “fue preservada inmune de toda mancha de culpa original, en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, salvador del género humano”.
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Así quedó escrito en la bula Ineffabilis Deus, promulgada por el papa Pío IX el ocho de diciembre de 1854. Aunque desde 1476 el papa Sixto IV había instaurado la celebración de la Inmaculada Concepción en iglesias locales y en 1644 el papa Clemente XI la elevó como fiesta universal. Se venera a la Madre Celestial porque ella fue libre del pecado desde el primer instante de su existencia
La verdad sobre María Inmaculada había sido reconocida por la Iglesia desde sus inicios, sin embargo, algunos santos tuvieron algunas reservas, preguntándose cómo podría ser preservada del pecado original si aún no había nacido el Redentor. Y en el saludo del Ángel se halló la respuesta: “Alégrate llena de gracia, el Señor está contigo” (Lucas 1,28).
En la nota doctrinal publicada por el Dicasterio para la Doctrina de la fe recientemente titulado «Mater Populi Fidelis» o «Madre del Pueblo Fiel de Dios», suscrito por el Papa León XIV, el numeral 24 se refiere al dogma de la Inmaculada Concepción:
“El dogma de la Inmaculada Concepción destaca la primacía y unicidad de Cristo en la Redención, porque también la primera redimida es redimida por Cristo y transformada por el Espíritu, antes de cualquier posibilidad de una acción propia. Desde esta especial condición de “primera redimida” por Cristo, de “primera transformada” por el Espíritu Santo, es como María puede cooperar más intensa y profundamente con Cristo y con el Espíritu, convirtiéndose en prototipo, modelo y ejemplo de lo que Dios quiere realizar en cada persona redimida”.

Devoción y tradición
En América Latina, se ha proclamado la devoción y tradición de la Inmaculada Concepción desde Colombia, con la vigilia de la noche del 7 de diciembre, para esperar el día 8. En todas las casas se encienden velitas que recuerdan la luz de Cristo, se ora y se encomiendan las intenciones de las personas, familias y comunidades. Es “La noche de las Velitas” que en esa nación se asocia con la llegada de la Navidad, aunque litúrgicamente es el tiempo de Adviento. Esta expresión de piedad popular se ha extendido a Ecuador, México y más recientemente en Venezuela, Panamá y Perú.
Parroquias Diocesanas
En la Diócesis de San Cristóbal, dos parroquias están dedicadas a la Inmaculada Concepción de María: en la comunidad de Zorca (vía San Cristóbal – Capacho), municipio San Cristóbal, cuyo párroco es el presbítero Félix Caicedo y el vicario, presbítero Xavier Mora; y en la población de La Florida municipio Cárdenas, bajo la guía del presbítero Luis Toro y vicario, presbítero Luis Zambrano.
Sobre la celebración litúrgica mariana, el presbítero Félix Caicedo mencionó que la solemnidad de la Inmaculada Concepción distingue una cualidad o gracia de María y es diferente al momento de la encarnación del hijo de Dios.

“Es bueno tener en consideración que una cosa es la Inmaculada Concepción, que alude a la gracia de María de ser libre de pecado desde que fue concebida por sus padres, san Joaquín y santa Ana, y otra muy distinta es la encarnación del Señor, que aconteció cuando el Ángel hizo el anuncio a la Virgen de que ella concebiría por obra del Espíritu Santo y daría a luz al Salvador del mundo”.
El presbítero Luis Toro, párroco de la Inmaculada Concepción en La Florida, municipio Cárdenas, también reflexionó sobre esta advocación de la Santísima Virgen María, señalando que ella fue salvada del pecado. Dios permitió que su concepción fuese pura.
“Eso es lo que en este día celebramos con gozo, que ella fue preservada del pecado original. Así podemos ver el poder y la grandeza de Dios, quien permitió que su hijo naciera de un vientre puro, inmaculado y santo. Así lo creemos, alabamos y bendecimos a Dios por esta obra maravillosa”.

El sacerdote invitó a amar a la Santísima Virgen, así como Jesús la amó: con todo el corazón, al punto que la Escritura la define como la llena de gracia, pues el Señor está con ella.
Evangelio
El evangelio de san Lucas (1, 26-38) que se lee en el día de la Inmaculada Concepción, es el de la encarnación de Jesucristo, cuando el ángel Gabriel visita a María y le anuncia que ella será la madre del Salvador. En la aceptación de María: “he aquí la esclava del Señor, hágase en mí, según tu palabra”, la madre de Dios abrió las puertas de la Redención.
Programa:
Del 30 noviembre al 08 de diciembre: novena a la Inmaculada Concepción
Viernes 05 de diciembre: 5:00 pm Confirmaciones
Sábado 06 y domingo 07: Primeras Comuniones
Domingo 07: 6:00 pm Serenata a la Inmaculada Concepción
Lunes 08:
6:00 am Repique de campanas y quema de pólvora.
12:00 m Rezo del Ángelus
5:00 pm Solemne Eucaristía Pontifical en honor a la Inmaculada Concepción.
Ana Leticia Zambrano



