Así como muchos suelen llamarle el “templo de las tres torres”, la parroquia San Pedro de Seboruco es considerada una de las edificaciones más representativas, no solo en la entidad andina sino también en todo el mundo.
Sus tres cúpulas, tienden a presentar una particularidad, puesto que las tres son iguales, característica que solo fue construida en este templo, ya que en otras partes del mundo, algunas iglesias con tres torres tienden a ser de diferentes diámetros.
Estas torres son la representación de la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, base fundamental de la fe.
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La iglesia San Pedro de Seboruco se valora como una de las edificaciones religiosas más importantes e imponentes de la región e incluso del mundo, no solo por su estructura sino también por cada muestra de fe y de historia de vida de Cristo y de su palabra ocultos en algunos detalles del espacio.
Muestra de ello, son las cinco puertas que permiten el paso de los feligreses, estas grandes obras plasmadas en madera significan el recogimiento, simbolizando los cinco mandamientos de la santa madre Iglesia que son un camino seguro hacia la santidad.

Al igual que el altar mayor, el cual permanece rodeado de siete sillas, que representan los siete sacramentos que son la muestra de la vida desde el bautismo, hasta la unción de los enfermos.
Junto al altar mayor, está el sagrario, el cual se considera el punto central de la fe de los católicos, allí reposa un águila de majestuosas alas abiertas, dicha águila no es estática, vuela y en su vuelo, eleva las plegarias y oraciones de todos los fieles que acuden a la iglesia.
En este mismo altar, está ubicado un moderno tabernáculo dónde se encuentra el Santísimo, Jesús eucaristía.
Las columnas de este templo, no solo sostienen la techumbre de la iglesia, también resguardan la historia de cada uno de los 12 apóstoles, que tuvieron la gran responsabilidad de anunciar la noticia del Salvador.

Los 24 vitrales que están en la iglesia, son una mezcla entre fe, arte, y religiosidad donde logran mostrar de una manera artística desde el nacimiento de Jesús, su vida pública, su sagrada pasión, su muerte redentora, hasta su gloriosa resurrección y ascensión a los cielos.
Un sonido divino
El sonido diario de las campanas en la Iglesia San Pedro de Seboruco no solo son anunciaciones, son también la representación de un mensaje divino.
Cada repique tiene un lenguaje propio, cuando se tocan tres campanas anuncia la partida de un hombre, además, de ser la muestra del Padre, el Hijo y Espíritu Santo. Cuando se anuncia la partida de una mujer, solo se tocan dos campanadas en honor a la Virgen.

Al momento de las eucaristías diarias, se tocan 12 con una campana, luego se tocan 12 con otra campana en memoria de los 12 apóstoles y al final 24 en recuerdo de los 24 vitrales que son la historia de la salvación.
Holiancar Contreras
Pasante UFT



