“El dinero recaudado por concepto del cobro de impuestos municipales, está siendo depositado en cuentas de terceros, en cuentas de miembros de la alcaldía y no en la arcas del tesoro municipal, tal y como lo establece la ley”, así lo afirmó Luisnel Guerrero presidente del Concejo Municipal de Seboruco junto al concejal José Leonardo Escalante Vega, quienes comparecieron ante la Fiscalía 23 del Ministerio Publico para ratificar la mencionada denuncia.
Señaló que ante esta situación solicitaron a la Fiscalía 23 que investigue estos hechos de corrupción que están evidenciados no solo en el municipio Seboruco, sino también en toda la entidad tachirense “porque ese dinero que es de los impuestos municipales que deben ser invertidos en la jurisdicción y en sus ciudadanos, están siendo desviados de manera irregular hacia otros destinos en detrimento del bienestar de la población”.
Por esta razón – señaló Guerrero- le hemos pedido al Fiscal que actúe de forma inmediata ante estos hechos ilegales, y ratificamos a los ciudadanos de Seboruco y del Táchira nuestro compromiso de trabajar por dignificar el ejercicio de la política, “que esta nueva generación que llegó al Concejo Municipal de Seboruco, no solo llegó a legislar sino hacer política de forma transparente, con principios y valores que puedan garantizar que los ciudadanos puedan tener credibilidad en los políticos del Táchira”.
Dinero en cuentas rojas rojitas
De igual manera el presidente del Concejo Municipal de Seboruco aseguró que las cuentas particulares donde están siendo depositados los recursos por concepto de impuestos municipales pertenecen a funcionarios militantes del PSUV.
“El alcalde y el Jefe del matadero son del PSUV, todos milicianos y miembros de esas organizaciones que el chavismo ha inventado en estos 20 años de revolución, quienes obtienen ganancias sustanciosas que no son consignadas al tesoro del municipio” reveló.
La denuncia – continuó Luisnel Guerrero – viene haciéndose desde octubre del 2019, es decir que en hasta la fecha, a 12 millones de bolívares mensuales, por solo un día de sacrificio, es una cantidad de dinero considerable que “no sabemos a qué manos ha ido a parar”. (Prensa Copei)