Las personas que sufren el covid-19 sin presentar síntomas, transmiten el SARS-CoV-2 sin saberlo y resultan ser «el talón de Aquiles» del control de la pandemia en las estrategias de Salud Pública que se implementan actualmente, reza un reciente artículo de los médicos de la Universidad de California en San Francisco (UCSF, por sus siglas en inglés).
Estos especialistas señalan que el cribado basado en síntomas tiene utilidad, pero las evaluaciones epidemiológicas de los brotes del coronavirus en las residencias de ancianos en EE.UU., demuestran firmemente que los enfoques actuales «son inadecuados». Así, en uno de estos centros para mayores en Washington el 56% de los infectados eran asintomáticos, y esta es una tendencia general en todo el país.
En EE.UU., los ancianatos son uno de los epicentros de la crisis sanitaria actual, donde más de 29.000 residentes y miembros del personal han muerto a causa del covid-19.
«La rápida propagación del covid-19 en EE.UU. y en el mundo es una clara evidencia de la transmisión del SARS-CoV-2 por personas asintomáticas, y la eventual necesidad de relajar las prácticas actuales de distanciamiento social abogan por la ampliación de [realización] de las pruebas del SARS-CoV-2, incluyendo a las personas asintomáticas en entornos priorizados», aseguran los autores.
Señalan que esta recomendación «probablemente debería ampliarse a otras situaciones de vida colectiva», como las cárceles y centros de detención, instalaciones de salud mental cerradas, refugios para personas sin hogar y hospitales.
El hecho de que las personas asintomáticas que padecen el covid-19 pueden estar en cualquier lugar público sin saber que transmiten el virus «respalda la indicación de que el público en general debería usar las mascarillas en espacios abarrotados al aire libre o cerrados», dicen los expertos. «Esta pandemia sin precedentes requiere medidas sin precedentes para lograr su derrota definitiva», concluyen.