En el día en que la Iglesia recuerda a San Joaquín y Santa Ana, padres de María, abuelos de Jesús, el Papa Francisco tuvo palabras especiales dirigidas a los jóvenes, durante los saludos tras la oración mariana del Ángelus. A ellos los invitó a cumplir un gesto de ternura para con los ancianos, a no dejarlos solos, a utilizar la “fantasía del amor” para estar cerca de ellos pues, ellos son sus raíces, y, un árbol sin raíces «no crece, no da flores ni frutos». Citando– como hiciera en otras oportunidades – palabras de un poema de Francisco Luis Bernárdez, les recordó: “lo que el árbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado”. Estas sus palabras:
Envíenles un abrazo
En memoria de los santos Joaquín y Ana, los «abuelos» de Jesús, quisiera invitar a los jóvenes a que hagan un gesto de ternura hacia los ancianos, especialmente los que están más solos, en casas y residencias, aquellos que no han visto a sus seres queridos durante muchos meses. ¡Queridos jóvenes, cada uno de estos ancianos es su abuelo! ¡No los dejen solos! Usen la fantasía del amor, hagan llamadas telefónicas, videollamadas, envíen mensajes, escúchenlos y, donde sea posible en cumplimiento de las normas de salud, también visítenlos. Envíenles un abrazo. Son sus raíces. Un árbol separado de sus raíces no crece, no da flores ni frutos. Por eso es importante la unión y la conexión con sus raíces. «Lo que el árbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado», dice un poeta de mi Patria. Por eso los invito a dar un gran aplauso a nuestros abuelos, ¡a todos!
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