Dentro de la Iglesia muchos bautizados se han distinguido por una vida ejemplar, reflejando claramente a Jesucristo a través de acciones concretas, en el lugar y la época en la cual vivieron. El caso específico de la sierva de Dios, Amanda Giselth Ruiz Suárez es particular, pues en su corta vida de menos de 7 años, supo transmitir la alegría que debe adornar la vida de todo cristiano.
El proceso de Amandita
Su proceso de Beatificación avanza en su fase diocesana, en este momento el tribunal constituido para la Causa de Beatificación y Canonización lleva a cabo los interrogatorios de aquellos testigos que conocieron de vista y trato a la Sierva de Dios. Hasta el momento han sido escuchados un grupo de sacerdotes, familiares, religiosas, y fieles laicos que han aportado elementos valiosos de la vida de Amandita.
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Las normas de la Iglesia
Todo el proceso se sigue según lo prescrito en la normativa de la Iglesia Católica para estos casos, contenidos en la Constitución Apostólica Divinus perfectionis Magíster publicada por san Juan Pablo II en 1983, las Normae servandae in Inquisitionibus ab Episcopis faciendis in Causis Sanctorum, emanadas por la Congregación para las Causas de los Santos ese mismo año, la Instrucción Sanctorum Mater aprobada por el papa Benedicto XVI en 2007, y la Carta Apostólica en forma de motu proprio Maiorem hac Dilectionem publicada por el Papa Francisco en el año 2017.
La Diócesis de San Cristóbal impulsa la causa de beatificación de la Sierva de Dios Amanda Ruíz desde el 22 de noviembre del año 2018, en aquél momento, el Obispo de San Cristóbal invitó a todos quienes hayan conocido a la Sierva de Dios Amanda Ruíz, ya sea en su vida familiar, en la comunidad o en los centros de salud donde recibió tratamiento, presenten su testimonio ante la oficina de la causa o través de la dirección electrónica causadiocesana.amandita@gmail.com
El ejemplo de la Sierva de Dios nos inspira a vivir en la cotidianidad la alegría del Evangelio. Como comunidad cristiana, pedimos a Dios, que por intercesión de la Sierva de Dios podamos reflejar con nuestra vida al Señor Resucitado.
(PrensaDiocesisSC)