Mensaje con motivo del septuagésimo aniversario de la Legión de María en Venezuela
I. INTRODUCCIÓN.
1. El 21 de enero de 2020 se cumplirán setenta años de la llegada a Venezuela de la Legión de María. Este movimiento creció y floreció desde entonces, propagándose por las diversas diócesis del país. De este modo, la Legión, presente en multitud de parroquias, se ha convertido a lo largo de estos años en un ejército de cristianos piadosos, que se distinguen por su fervor mariano y su fraterno y fiel espíritu eclesial, y que llevan a cabo un apostolado constante, sacrificado, humilde y en ejemplar comunión con sus pastores.
2. Por estas razones los Obispos de Venezuela queremos elevar con alegría una cumplida Acción de Gracias a Dios nuestro Señor, reconociendo la obra de la gracia y la acción del Espíritu Santo en estos queridos hermanos. Las obras de bien y los frutos de la Legión no se hallan en realizaciones materiales, sino en el corazón de tantas almas a las que ella ha llevado el anuncio del Evangelio: en las periferias, en las zonas rurales, en las cárceles, los hospitales, los ancianatos y hogares de niños, e incluso en la visita ordinaria a los hogares, donde Dios habla por la sencilla voz de un hombre o una mujer de pueblo, que invita a la conversión y a responder al amor divino. Muy beneficiosa para las parroquias es la labor de apoyo de la Legión en el culto divino y en la catequesis.
II. BREVE RESEÑA HISTÓRICA Y SITUACIÓN ACTUAL.
3. La Legión de María es fruto de la Irlanda católica. Dios inspiró a un piadoso laico, Frank Duff, para que fundara este movimiento, y su iniciativa halló eco en otras almas transidas de fervor mariano y de espíritu apostólico. A nuestro país llegó por iniciativa del benemérito P. Félix Mujica, de la Congregación francesa de los Hijos de María Inmaculada, el cual, habiendo visto la actuación de los legionarios en las Antillas, resolvió establecer esta Asociación en la Capilla de María Inmaculada, hoy Parroquia Nuestra Señora de Lourdes, en Palo Grande, Caracas. El movimiento fue debidamente aprobado y apoyado por el Arzobispo caraqueño de entonces, el insigne Mons. Rafael Arias Blanco y, sucesivamente por los demás Obispos venezolanos.
4. Después de extenderse por otras zonas de Caracas, la Legión se fundó también en el interior del país, comenzando por Boconó, Estado Trujillo, y luego por toda Venezuela. En estas siete décadas ha seguido propagándose, y hoy se cuenta entre los pilares fundamentales de nuestro apostolado seglar. La Legión ha fructificado no sólo en proveer a la Iglesia con apóstoles laicos generosos y entregados, sino también con innumerables vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada.
III. VIVENCIA DE LA MISIÓN DEL LAICO EN LA LEGIÓN DE MARÍA.
5. La Legión nace cuando a comienzos del siglo XX estaba en sus inicios el compromiso apostólico del laicado con la Acción Católica y otros movimientos que proponían un nuevo paradigma de evangelización, superando una eclesiología demasiado centrada en el Clero. Presentaban el apostolado seglar como consecuencia del bautismo y la confirmación. Cuando esto se convirtió en patrimonio de distintos movimientos, ya la Legión tenía años de experiencia de existencia. Como dice la Virgen María en el Magníticat, Dios ha hecho obras grandes a través de la humildad de sus siervos.
6. La Legión ha vivido intensamente las enseñanzas del Concilio Vaticano II, en la Constitución Lumen Gentium, sobre la Iglesia, y el Decreto Apostolicam Actuositatem, sobre el apostolado de los laicos. Se ha ido renovando y aplica lo referente al compromiso evangelizador del laico cristiano proclamado en los documentos de Medellín, Puebla, y Santo Domingo. Los legionarios viven a fondo su vocación laical como la propone nuestro Concilio Plenario de Venezuela, y de discípulos misioneros, como lo postula el Episcopado latinoamericano en Aparecida.
IV. ELEMENTOS CLAVE DE LA LEGIÓN DE MARÍA
7. El legionario sabe que su movimiento tiene como pilares y exigencias principales la oración, la formación, la acción y la organización. Está llamado a vivir una intensa espiritualidad,- oración- entre otras cosas, a orar durante sus reuniones, y a rezar cada día la Catena Legionis y el Santo Rosario. A esta oración cotidiana se unen los socios auxiliares, que desde sus quehaceres o sus padecimientos ofrecen también el respaldo espiritual a los socios activos. El segundo pilar es la formación, pues el legionario alimenta constantemente su espíritu y su mente para poder ayudar a otros en el ejercicio de su apostolado. Esta formación debe abarcar los diferentes aspectos de la fe: Palabra de Dios, Teología, espiritualidad y métodos de apostolado.
8. El tercer pilar es la acción, tipificada como “un trabajo legionario activo y sólido”, que dé verdaderos resultados, y no se quede en meros deseos. Cada semana, el legionario debe dar cuenta de su trabajo apostólico. El último pilar es la organización: en efecto, habiendo tomado como modelo la disciplina militar y gerencial, los legionarios se esfuerzan por ser fieles a las normas que su movimiento le propone, y que se encuentran detalladamente explicadas en el Manual legionario, el cual debe ser acatado por todos, desde el último Praesidium hasta el más alto Consejo superior.
V. RETOS ACTUALES DE LA LEGIÓN Y LLAMADO A LOS LEGIONARIOS Y A LOS AGENTES DE PASTORAL
9. Los desafíos a los que se enfrenta el legionario en la actualidad son los mismos de la Iglesia en el mundo que nos rodea: la descristianización, el relativismo, la falsa piedad, la superficialidad con la que se viven la fe y el compromiso cristiano, la huida ante el sacrificio, la ascesis, la pobreza y el sufrimiento, componentes de la existencia cristiana sobre esta tierra. Entre nosotros sufre también los efectos de las fallas en los servicios, de la pobreza creciente, y de la inseguridad pública. En estrecha unión a sus pastores, con su espiritualidad, su ejemplo y su acción apostólica, los legionarios, contribuyen a hacer presente en este mundo cambiante la radicalidad del mensaje de las bienaventuranzas y también la alegría del Evangelio.
10. La feliz expresión “Iglesia en salida” del Papa Francisco, con la cual se expresa en síntesis la vocación misionera de la Iglesia es una opción asumida por la Legión de María desde sus inicios, y que los legionarios deben vivir consciente, profunda y plenamente, para que Cristo siga haciéndose presente en los caminos del hombre actual. Para ello necesita el aliento, seguimiento y apoyo de los pastores, en cada Praesidium y en los Consejos Superiores.
11. Por esas razones, agradecemos y felicitamos de corazón a los oficiales y miembros de la Legión en el Senatus y en toda Venezuela. A todos y cada uno de los legionarios, activos y auxiliares, los invitamos a seguir adelante, a ir “mar adentro” (Lc 5,4 ss), escuchando la voz de Nuestro Señor que nos urge a seguir evangelizando y llevando sus dones de gracia, salvación y felicidad a nuestros hermanos. Que sigan con fuerza el trabajo de extensión, especialmente entre los jóvenes, a fin de asegurar un futuro luminoso para esta benemérita asociación de fieles. E invitamos cordialmente a los agentes de Pastoral, especialmente a los párrocos, a acompañar y apoyar a nuestros legionarios, especialmente ayudándolos con la dirección espiritual de los Praesidia y Consejos.
VI. CONCLUSIÓN: “VAYAN MAR ADENTRO”
12. Queridos hermanos: El cristiano no teme las profundidades del mar ni lo enconado de la batalla: se atreve a remar “mar adentro” confiado en la palabra del Señor, y sintiéndose protegido por el auxilio de María, a la que sirve como su Reina y Señora. Así pues, desde este presente que celebramos con gozo, miremos hacia el futuro. La presencia en la Legión de tantos jóvenes hace concebir halagadoras esperanzas para el porvenir, de manera que ese carisma acogido hace setenta años en Venezuela, siga vivo y activo en nuestra querida Iglesia venezolana del mañana. Que así sea.
Con nuestra afectuosa bendición episcopal
FIRMAN LOS ARZOBISPOS Y OBISPOS DE VENEZUELA
Caracas, 01 de noviembre de 2019
Solemnidad de Todos los Santos