“El Espíritu Santo siempre nos da la gracia que necesitamos, especialmente en este momento particular. Necesitamos líderes de confianza y las mujeres son un componente esencial”, afirmó Alistair Dutton, secretario general de Caritas Internationalis, al término de la ceremonia de entrega de premios en el marco de la iniciativa “Mujeres Tejedoras de Esperanza”, con motivo del Día de los Derechos Humanos, que se celebró este miércoles 10 de diciembre.
Lanzado en el marco del Jubileo Peregrinos de Esperanza 2025, el premio proporciona apoyo financiero, con tres subvenciones de 5.000 euros y tres de 10.000 euros, a las organizaciones ganadoras, seleccionadas entre más de 120 candidaturas, para ayudarles a seguir desarrollando y ampliando sus iniciativas. Cada uno de los seis proyectos premiados encarna un compromiso concreto a favor del empoderamiento de la mujer, arraigado en las realidades locales.
Lea también: El Papa: La arqueología es memoria viva, ministerio de esperanza
Las organizaciones ganadoras son la Fundación Comboniane nel Mondo (Palestina), Cáritas Bangladesh, Cáritas Malawi, Radio Ucamara (Perú), Cáritas Marruecos (Prefectura Apostólica de Laâyoune) y Cáritas Antillas.
En los países en desarrollo, la mujer representa un recurso fundamental para el crecimiento social, económico y cultural de las comunidades. A pesar de las condiciones a menudo desfavorables, su papel es fundamental en la gestión de la familia, la educación de los hijos y las actividades productivas.
De hecho, en muchas zonas rurales, son las mujeres las que garantizan la seguridad alimentaria, custodian los conocimientos tradicionales y mantienen el tejido social a través de redes de solidaridad y apoyo mutuo. Un ejemplo claro es el proyecto “Threads of Peace” (“Hilos de paz”) de las combonianas en el Estado de Palestina, en Cisjordania. “La iniciativa – explica a los medios de comunicación vaticanos sor Orietta Pozzi, directora de la Fundación comboniana en el mundo- está dirigida a 200 mujeres beduinas de la zona del West Bank.
Es un proyecto que parte de la experiencia que las mujeres tienen en su tradición, la del bordado, que ha sido reconocida por la Unesco. Una experiencia que quiere valorizar sus competencias dando esperanza a través de los productos realizados. Es una forma de ayudarlas a encontrarse, a estar juntas, a compartir lo que están viviendo en un contexto que hoy en día no es fácil.
Hilo tras hilo, permite tejer una nueva esperanza: vivir, pero al mismo tiempo coser y aliviar lo que están sufriendo”. El de las hermanas combonianas es uno de los muchos proyectos que se llevan a cabo para apoyar a las comunidades locales: “También tenemos varias iniciativas de guarderías para niños beduinos, guarderías que muchas veces no solo han dado esperanza a la gente, sino que también la han protegido, en tiempos de tensión en esos contextos, precisamente porque la guardería se consideraba un entorno que no podía ser destruido fácilmente con cierta ligereza. Con nuestro apoyo, estamos tratando de infundir esperanza, especialmente a las mujeres, para que puedan contar con un futuro mejor”.
Vatican News



