La premisa de Cáritas, organización católica de ayuda humanitaria, es fundamentada en el apoyo, acompañamiento y atención a las personas en estado de vulnerabilidad, así como aquellas que son excluidas por cualquier accionar anómalo, razón por la cual, su trabajo es determinante y continuo.
En el estado Táchira, La diócesis de San Cristóbal, es la promotora del cumplimiento de los objetivos que erigen a la organización como una de las más importantes en torno a la protección que requieren los habitantes de la entidad, por ello, sumados a la propuesta internacional, tienen programas en los cuales se consolidan en las comunidades de alto riesgo, en todos los ámbitos, como los protectores de los más desvalidos.
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El Presbítero Andrés Ricardo Ramírez Prato, funge como Director de Cáritas de la Diócesis de San Cristóbal, su entrega lo erige como un luchador infranqueable con la convicción de ayudar a los más necesitados siguiendo las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo. El aporte que día tras día dan a los pobladores de la entidad nacen de planes estructurados para llegar siempre más allá de lo esperado.
“Estamos trabajando en las comunidades, en primer lugar, para llevar jornadas médicas a personas y comunidades vulnerables y especialmente a niños, niñas desde recién nacidos hasta los cinco años a quienes atendemos con el programa SAMAN, Sistema de Alerta, Monitoreo y Atención en Nutrición y Salud, que consiste en dar los nutrientes a niños que están en estado de desnutrición”.

El director resaltó que los trabajos se gestan en el seno de los centros poblados de mayor vulnerabilidad para que, además de ayudar, promuevan nuevos colaboradores para ir consolidando aún más a Cáritas.
“Queremos visitar las comunidades con el fin de capacitar y formar a nuevos voluntarios de las comunidades parroquiales (…) hay parroquias que ya tienen conformada su Cáritas parroquial, pero requerimos que existan en más comunidades (…) la participación de los laicos comprometidos es lo más importante pues con estos programas buscamos conocer las debilidades y fortalezas y así poder atender con mayor acierto cada problemática o caso”.

Para el presbítero la acción conjunta entre las organizaciones parroquiales es el eje central para concreción de los proyectos, sumado a un arduo trabajo de planificación y estudio con el cual se asegura que las ayudas lleguen a la población vulnerable para hacer un servicio óptimo apegado a las doctrinas católicas.
“Nosotros tenemos la oficina diocesana que hace un acompañamiento a las Cáritas parroquiales (…) se acercan a las comunidades para fortalecerlas y prestarles servicios que se consolidan con las ayudas dadas con las empresas privadas, organizaciones no gubernamentales dentro y fuera del estado y cumplir con las necesidades que requieran”.
Dios les pague
El director de Cáritas aduce que el servicio, la atención y el acompañamiento es una obra de bondad que es recompensada con las bendiciones, tesoro que acrecienta la fe y consolida la premisa de amar al prójimo.
“Cáritas es una acción social donde el pago lo hace Dios y es bien recibida en las comunidades pues la ven como lo que es la acción social de la Iglesia católica dirigida a las personas en estado de vulnerabilidad y sectores que necesitan atención constante”.
Puntos de ayuda
Estrella Moreno Coordinadora de los puntos de atención de movilidad, aduce que el trabajo con las personas que están en movilidad es una acción que involucra a un sinfín de voluntarios que día tras día con entrega y amor reciben, atienden y protegen a esa parte de la población tan necesitada.
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“Nosotros tenemos 9 puntos de atención en el estado Táchira (…) estamos desde San Antonio del Táchira hasta el sector Las Palmas en La Pedrera (…) en la mayoría de los puntos las personas tienen espacios para bañarse, cargar sus celulares e hidratarse”.
Pese a que la data es fluctuante, la coordinadora señala que las personas que requieren la ayuda de Cáritas siempre la tendrán, porque es una atención nacida del seno de la Iglesia, la cual estará pendiente de todos sus hijos.

“La movilidad en la región es intermitente pero las cifras que manejamos desde el 6 de enero al 6 de julio, el reporte más reciente, tenemos 4 mil 197 personas atendidas”.
El fin último de los puntos de atención en movilidad es hacer sentir a las personas queridas, una acción que nace desde las propuestas primigenias de Cáritas, que no es más que cuidar, atender y proteger a quienes lo necesitan.
“Lo más importante para aquellas personas que están en movilidad es sentirse atendidos de manera digna, como seres humanos debido al maltrato que reciben en los caminos que tomaron (…) recuperar su dignidad es lo más importante”.
Carlos A. Ramírez B.