En la basílica Nuestra Señora de la Consolación, este 12 de marzo, se celebró la eucaristía de acción de gracias por el 58 aniversario de la coronación canónica de la imagen de la Virgen de la Consolación y el tercer aniversario de la consagración episcopal de monseñor Lisandro Rivas, obispo de la Diócesis de San Cristóbal.
Monseñor Rivas presidió la celebración acompañado por el obispo auxiliar Juan Alberto Ayala, sacerdotes, diáconos, seminaristas, servidores de los grupos de apostolado y el pueblo de Dios.
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La homilía fue pronunciada por el obispo auxiliar, quien expresó que esta fecha es propicia para agradecer a la madre celestial, de quien se han recibido tantas consolaciones y afirmó que la coincidencia con la fecha de consagración del obispo Diocesano es obra de Dios.
«La coincidencia de la fecha de coronación canónica de nuestra madre con el aniversario episcopal forma parte de los designios de Dios, para esta tierra bendecida por el Santo Cristo y por Nuestra Señora de la Consolación».

En este sentido manifestó que a la par de agradecer y bendecir a Dios, se implora para recibir la fortaleza de servir con alegría.
«Pedimos a Dios que nos dé fortaleza para servir con alegría y que acompañe y guíe a nuestro pastor, quien se levanta para seguir adelante, dirigiendo esta barca en la que Dios lo ha colocado».

Sobre el evangelio, monseñor Ayala resaltó que Dios nos invita al arrepentimiento, para que el Señor entre a nuestro corazón y nos permita entrar por el camino del bien.
«También es un día para reconocer las faltas y lo que nos separa de Dios, para recordar que debemos cambiar y mantenernos firmes en la fe».

Recordó que el tercer obispo diocesano Alejandro Fernández Feo puso el seminario en las manos de Nuestra Señora de la Consolación y ella hizo la obra a través de la gente de buen corazón. «Así, todos debemos pedir y confiar en la intercesión de María del Táchira Nuestra Señora de la Consolación».
Invitó a monseñor Lisandro a que conserve la alegría, la humildad y la caridad en su episcopado, siendo fiel a su lema «para que en él tengan vida».

Después de la homilía, se rememoró el momento de la coronación canónica de Nuestra Señora
Monseñor Lisandro agradeció a todos por acompañarle en esta celebración y bendijo al Señor por haberle enviado a esta tierra.

«Hoy les agradezco a todos, Dios les pague! Y de nuevo pongo a los pies de María de la Consolación mi episcopado. Oro por todos y les pido que oren también por mi. Qué nuestra madrecita nos siga bendiciendo».
Al finalizar la eucaristía, se realizó la procesión por las calles de Táriba con la imagen de la Flor más bella de Los Andes y culminó con una pequeña serenata.
Prensa Diócesis SC