Tras rezar el Ángelus en este domingo 5 de julio el Sumo Pontífice se expresó acerca de la Resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, sobre las medidas para hacer frente a las consecuencias del coronavirus. El llamamiento a la cesación del fuego mundial e inmediato es “encomiable”, dijo, con la esperanza de que esta decisión se aplique “tempestivamente”, por el bien de las muchas personas que están sufriendo. Éstas sus palabras:
Esta semana el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adoptó una Resolución que establece medidas para hacer frente a las devastadoras consecuencias del virus Covid-19, en particular para las zonas ya afectadas por el conflicto. Es encomiable el llamamiento a una cesación del fuego mundial e inmediata, que permitiría la paz y la seguridad indispensables para prestar la asistencia humanitaria que se necesita con tanta urgencia. Espero que esta decisión se aplique con eficacia y prontitud por el bien de las muchas personas que están sufriendo. Que esta resolución del Consejo de Seguridad pueda convertirse en un valiente primer paso para el futuro de paz.
El Santo Padre se había pronunciado ya este 29 de marzo haciéndose eco del llamamiento del Secretario General de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, por un «alto al fuego mundial total e inmediato» en todos los rincones del mundo, uniéndose a todos los que aceptaron dicho llamamiento, e invitando a aplicarlo «deteniendo todas las formas de hostilidades bélicas, fomentando la creación de corredores para la ayuda humanitaria, la apertura a la diplomacia y la atención a los que se encuentran en una situación más vulnerable».
En el domingo en el que también recordó que Jesús habla «hoy» a todos los hombres de buena voluntad, el Papa se despidió saludando «de corazón» a todos los presentes en la plaza. Dirigiéndose a los peregrinos polacos, bendijo la peregrinación de la familia de Radio María al Santuario de Częstochowa, que tendrá lugar el próximo sábado, en el centenario del nacimiento de San Juan Pablo II, con el lema «Todo se lo he confiado a María».