Quien no se estima a sí mismo tiene la fatalidad de solo ver lo negativo en su persona y en quienes le rodean. Esto da razón a la mala influencia que ejerce las malas conversaciones, comentarios y apreciaciones. Aquí se podría citar aquella frase de Jesús: “La boca habla de lo que está lleno el corazón”.
Para entrar en una reflexión sobre estos aspectos, es necesario mencionar algunos criterios que, desde mi punto de vista, ayudan a valorar una auténtica autoestima.
Aspiración
El primero es la relación entre la valoración que se tiene de sí mismo y sus aspiraciones. Si se lucha por lograr aquello que se considera importante para la propia vida, la autoestima será alta. Por ejemplo, quien se propone sacar una carrera universitaria y lo logra, esto lo hace valorar y ver cuánto es capaz de aprender, lograr y desarrollar.
Lea también: Templo Parroquial Santa Bárbara de Rubio, una lectura histórica
Para que este criterio se desarrolle, es necesario la presencia e influencia de la familia, la escuela, el trabajo, los amigos y la sociedad. La persona con estos elementos ofrecidos tendrá la capacidad de valorar y decidir lo que será de provecho para su desarrollo integral.
Saber percibir
El segundo, es saber percibir todo. Una persona experimenta muchas cosas en todos los ámbitos intelectuales y emocionales que le rodean; pero esto le afectará o ayudará en la medida en sepa relacionarse con los demás y permita que le influya sobre su propia estima.
Si bien es cierto, que el comportamiento humano se mueve en base a los comentarios que la persona recibe en base a sus comportamientos, decisiones o acciones; más es cierto que si una persona tiene una autoestima bien formada por sus padres (como lo explicaba en un artículo anterior), ese “yo actual” estará conforme con al “yo ideal”. Ahora si los padres no han formado esa buena autoestima el resultado es contrario a lo descrito.
Palabras y gestos
El tercer criterio, tiene que ver con el lenguaje que se utiliza para formar. Si un padre o madre le dice a su hijo que es un “inútil”, él crecerá creyéndolo y viviendo como un ser que no es capaz de vivir y donarse.
Le puede interesar: Realizarán encuentro de parejas en parroquia Nuestra Señora del Carmen
El abandono de padre o madre en una persona, es causa clave de la baja autoestima, reflejada de manera inconsciente en los modos de vivir y tratar a las personas que tienen a su alrededor. Les cuesta tener adecuadas relaciones interpersonales, debido a la ausencia de un modelaje, que les ayude a florecer en el buen trato, las buenas palabras y excelentes relaciones con los demás. Aquí la presencia y formación adecuada de los padres es de suma importancia.
También es cierto, que algunas personas, aun con estas carencias de familia, han podido tener referentes que como tutores les han acompañado y formado, ayudándoles a ser personas con buena autoestima, cosa reflejada en las relaciones interpersonales.
Vida interior
El cuarto criterio, va marcado por la vida interior de una persona, la cual no se define solo por lo que exterioriza, sino por lo que es capaz de trascender desde lo vivido en su interior. La reflexión, meditación e imaginación ayuda a deducir, discernir y clarificar.
Esta vida interior, permite asumir las dificultades y compromisos propios de la existencia, viendo en cada circunstancia vivida un medio para lograr resultados, un reto para demostrar lo que podemos llegar a hacer. Es importante la lectura que hacemos de la vida, desde cada enfoque, interés y estímulo que conlleva cada situación.
Decidir
No siempre las decisiones más importantes son también las más ponderadas. Quienes toman decisiones de gran relieve para el futuro, como la elección de una facultad universitaria para cursar estudios o la elección de la persona con quien se va a formar un hogar a través del sacramento del matrimonio, manejan una excelente autoestima. Sin embargo, tener una actitud conformista y complaciente al momento de decidir, es expresión de poca autoestima, donde la inseguridad, los miedos y el poco discernimiento juegan en contra.
Aquí es importante tener criterios para la elección y eso lo ofrece el conocimiento de sí mismo, que ayuda a tener un fondo importante de conciencia formada. Una no adecuada formación, puede llevar a gastar tiempo y pensamientos en preocupaciones que no aportan nada a un crecimiento personal y trascendental. Es importante invertir tiempo en motivación, formación, oración y elementos de crecimiento integral.
Conclusión
Por tanto, quien no se estima, se centra tanto en sí mismo y en su propia incapacidad, que terminará convirtiéndose en todo lo que piensa; sin embargo quien se estima coloca su mirada orientada hacia fuera de sí, hacia lo que tiene que hacer, desbloqueando lo que no le ayuda y enfocando lo que le produce crecimiento.