El pasado 12 de octubre de 2022, fue celebrado entre alegría y júbilo el primer centenario de la Diócesis de San Cristóbal, con la participación de aproximadamente 10 mil feligreses, demostrando así la profunda fe de nuestra gente.
Llenos de gozo en el Señor, “no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído” (cfr. Hch 4,20) es nuestro deber descubrir el dinamismo del Espíritu en los acontecimientos que hemos vivido. Sin embargo, ¿Que ocurrió previo al centenario? ¿Cómo fue la celebración central? Hoy para el perpetuo recuerdo una crónica que perdure en el tiempo…
1. Preparación previa
La celebración centenaria fue precedida por una carta pastoral publicada el 30 de septiembre del año 2021, la cual estuvo dirigida al presbiterio, al pueblo de Dios y a todas las personas de buena voluntad, en la cual se invitaba a celebrar con alegría cristiana el primer centenario de la Diócesis de San Cristóbal, junto con la tarea de seguir anunciando el Reino de Dios, sin dejar de hablar de lo que habíamos visto y oído (Hch 4,20) De igual forma, la celebración fue preparada con júbilo en las distintas comunidades parroquiales, a través de la participación del pueblo de Dios en la Eucaristía, la hora santa y la catequesis sobre los primeros 100 años de la Diócesis. En el marco de esta gran fiesta, fue organizado también un Congreso, basado en la revisión del camino histórico, el ser y que hacer pastoral de la Diócesis, así como la realidad teológica de la Iglesia local. Cabe destacar también, el aporte de los medios de comunicación social, en especial del Diario Católico, así como las redes sociales, en la difusión de las distintas informaciones, mensajes y catequesis preparados por los obispos y algunos sacerdotes del presbiterio para animar la fe del pueblo tachirense. Fueron numerosas también las interpretaciones del Himno de la diócesis que se pudieron escuchar en las voces de los niños, jóvenes, sacerdotes y religiosas, quienes con euforia cantaban: ¡Unidos por la fe y por el amor!
2. Desde valles y montañas
En los meses previos a los 100 años los Obispos visitaron las distintas Vicarias y Arciprestazgos para compartir la fe y animar así el camino sinodal de la Iglesia local. En estas visitas destacaron las profundas muestras de fe del pueblo de Dios, que recibió a sus pastores con alegría cristiana desde valles y montañas. Fruto de estas visitas fueron el despertar vocacional surgido en muchos jóvenes y niños, así como el avivamiento de la fe, el encuentro y la escucha de sacerdotes, obispos y laicos, en la experiencia de comunión, participación y misión que vive la Iglesia.
3. La celebración central
El día 11 de octubre, arribaron a la sede del Seminario Diocesano Santo Tomás de Aquino, los Sres. Obispos de las distintas diócesis de Venezuela, quienes celebraron la Santa Eucaristía en la Basílica Menor de Nuestra Señora de la Consolación de Táriba, a fin de poner a los pies de quien ha alumbrado nuestra historia el acontecimiento del centenario. Al finalizar esta Santa Eucaristía fue bajada en hombros de los Sres. obispos la imagen original de la Virgen y al compás del himno Gloria en los cielos, se bendijo al numeroso grupo de fieles que participó de la celebración vespertina. En las calles banderas de la Iglesia y de la Virgen adornaron balcones y puertas como expresión de alegría.
Al día siguiente, desde las distintas parroquias salieron muy temprano, busetas llenas de feligreses dispuestos a vivir la celebración centenaria, el destino era uno, el Gimnasio campeones del 97, lugar preparado cuidadosamente por el Vicario de pastoral y un gran equipo de voluntarios para recibir aproximadamente 10 mil personas. El Gimnasio estaba lleno de coloridas pancartas que identificaban las parroquias y comunidades eclesiales, las cuales cantando ondeaban las banderas de la Iglesia. Entre tanto, una caravana con la Imagen de Nuestra Señora de la Consolación salió acompañada por la Banda del Seminario Diocesano desde Táriba a la parte alta de la ciudad.
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Por su parte, el maestro de Ceremonia en compañía de los seminaristas y laicos terminaba de organizar los últimos detalles de la liturgia, que objetivamente brilló en la pulcritud que caracteriza la formación del Seminario. De igual forma, el coro afinó en las afueras del Gimnasio, mientras los sacerdotes del presbiterio y los Sres. obispos se revistieron con un ornamento nuevo, confeccionado por las hermanas Carmelitas Descalzas para la ocasión.
Aproximadamente a las 9:45 de la mañana, el Obispo diocesano ingresó al Gimnasio para unirse a la animación con el pueblo de Dios. En medio de cantos, saludos y muestras de afecto, se preparaba así la entrada solemne de las imágenes del Santo Cristo de la Grita y Nuestra Señora de la Consolación, momentos que sin lugar a duda revistieron el lugar de un carácter sagrado. Primero fue entronizada la Santísima Virgen, en medio de aplausos y al compás de las notas del himno Gloria en los cielos, seguidamente fue ingresada la imagen del Santo Cristo, en manos de su cofradía. Fue evidente el gozo de muchos, quienes ante tales imágenes y en medio de la impresión de ver una Iglesia viva, derramaron algunas lágrimas o sencillamente se pusieron de rodillas tal como lo hizo el sr Obispo diocesano.
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Seguidamente, al finalizar la entronización de las imágenes, cerca de las 10 de la mañana, se vislumbró en uno de los accesos laterales la cruz procesional, que dio inicio a la celebración entre júbilo y cantos. Una larga procesión con los sacerdotes del presbiterio, religiosos y 17 obispos, engalanó el pasillo central del Gimnasio para la celebración de la Eucaristía, presidida por el sObispo diocesano, Mons. Mario Moronta, y concelebrada por los Sres. Obispos, Mons. Juan Alberto Ayala, Mons. Jesús González , Mons. Ulises Gutiérrez, Mons. Jorge Aníbal Quintero, Mons. Gonzalo Ontiveros, Mons. Nicolás Nava, Mons. José Trinidad Fernández, Mons. Juan de Dios Peña, Mons. Fernando Castro, Mons. Pablo Modesto González, Mons. Tulio Ramírez, Mons. Polito Rodríguez, Mons. Elisandro Terán, Mons. Ramiro Díaz, Mons. Luis Alfonso Márquez, Mons. Gerardo Salas, S.E.R Mons. Francisco Escalante, Nuncio Apostólico en Haití, y el Rvdo. Padre Edouard Martial Akom, secretario ad interim de la Nunciatura Apostólica en Venezuela.
Al comienzo de la celebración el Rvdo. Padre Akom, leyó un saludo enviado por el Santo Padre Francisco, al pueblo de Dios en el Táchira, uniéndose a la celebración y animando a todos a seguir siendo una Iglesia viva en Espíritu y verdad. Terminada la proclamación de la Palabra de Dios, el Sr. Obispo dirigió la homilía, estructurada en cinco partes en la que, partiendo desde la alegoría de los caminos de la tierra, introdujo la reflexión bíblica sobre el símbolo de Abraham y otros personajes bíblicos, así como las figuras que han marcado la historia de fe del pueblo tachirense, destacando que en estos cien años de historia “los pastores y sus cooperadores han ejercido el papel profético a tiempo y a destiempo” Seguidamente expresó, con precisión, cómo la Iglesia del Táchira, ha asumido “la eclesiología de comunión, la cual se ha convertido en el hilo conductor de la historia centenaria”
De igual modo, en este apartado de la homilía, el Obispo destacó los carismas propios de la nuestra Diócesis, entre ellos, su cultura vocacional así como la profunda fe de su gente, recordando también que esta Iglesia local, mira con esperanza hacia adelante, “donde señala el Espíritu con el compromiso de haber tomado con nuestras manos el arado para mirar hacia el horizonte del Reino, asumiendo la enseñanza de Pablo quien nos recuerda que el Señor no nos ha dado Espíritu de timidez”.
No obstante, también destacó como ya desde antes de constituirse como Iglesia local, el Táchira centró su historia en el Señor Jesús (…) haciendo sentir que Él es la Verdad, la Vida y el Camino. Finalmente, recordando la expresión marán-athá del libro del Apocalipsis, el prelado afirmó que el Señor Jesús es el Verdadero revelador del misterio Trinitario, fuente inagotable de la vida de la Iglesia, “punto omega de la historia, el cual nos atrae hacia la plenitud del encuentro con la Trinidad Santa, buscándonos y alentándonos para con alegría clamar: VEN SEÑOR JESUS”. Esta homilía, pronunciada frente a 10.000 feligreses fue interrumpida en varias ocasiones por una ovación de aplausos, terminada la comunión, el Canciller de la Diócesis se acercó al ambón de la Palabra para leer el decreto de convocatoria al III Sínodo diocesano, el cual pretende ahondar en la reflexión de cara al futuro de la Iglesia local.
Al finalizar la celebración eucarística, el Obispo diocesano dirigió un emotivo saludo final con emocionadas palabras, agradeciendo la presencia de las autoridades y todo el pueblo de Dios. A su vez, pidió al Nuncio Apostólico de Haití y al secretario ad interim de la Nunciatura Venezolana, que le hicieran llegar el cariñoso saludo de toda la Iglesia de San Cristóbal al Santo Padre Francisco, asegurando un recuerdo en la oración. De igual forma, parafraseando las palabras de San Juan XXIII, en el famoso “discurso de la luna” pronunciado el 11 de octubre de 1962, en la apertura del Concilio Vaticano II, el prelado invitó a llevar una caricia de la ternura de Dios, dirigiéndose desde el corazón a los niños, jóvenes, ancianos, estudiantes, académicos y comerciantes, pobres y excluidos, enfermos y privados de libertad. El saludo final culminó con la invitación a encender un cirio en los hogares, para manifestar públicamente el hecho de ser portadores de la luz de Cristo.
La Eucaristía del centenario culminó al mediodía, en medio de la solemne interpretación del himno de la Diócesis.
4. Un futuro esperanzador
La redacción de esta crónica quiere perpetuar en la historia una celebración centenaria que ha significado un hito en la historia eclesiástica del Táchira. Dicho acontecimiento ha sido una ocasión para proyectar el futuro esperanzador que aguarda a esta Iglesia local, llena de abundantes frutos de fe. El centenario hoy es solo el inicio de una nueva etapa. Unidos al gozo de esta experiencia nos preparamos para la celebración del III Sínodo diocesano, el centenario del Diario Católico del Táchira y del Seminario Diocesano Santo Tomás de Aquino. ¡Gozosos celebramos cien años sembrando la fe!
¡Viva el Táchira Católico!
Leonardo Vivas
